Lo mejor que ver en Ettlingen es, por supuesto, su centro repleto de callejones y plazas y casas muy a lo selva negra ¡y encima casi a solas! Si quieres otro plus, que sepas que está a solo unos 30 minutos del aeropuerto de Baden Baden y de la Alsacia.
A pesar de no ser súper turístico, Ettlingen tiene carteles por todos lados con explicaciones en tres idiomas y un pequeño mapa que te guía por los lugares para seguir la visita en orden lógico. Cosas de alemanes…
La verdad, este pueblito tiene un encanto especial, a orillas del Alb y a los pies de la selva negra, pero no hay que quitarle mérito a los romanos que se asentaron aquí hace 2000 años y dejaron también su rastro. Venga, que te doy más motivos para sacar ya el billete.
Entrada a la selva negra
Qué ver en EttlingenEttlingen
Una de las cosas que ha llamado mi atención es que la página web oficial tiene un listado de todas las fuentes del pueblito con la descripción correspondiente. Lo confieso, no me daba la vida para verlas todas y leí rincones más atractivos a priori. Así que yo aquí te voy a contar qué ver en Ettlingen y qué fuentes de las 1001 son mis favoritas 🙂
Y si quieres subir de nivel, en verano hay un tren de vapor que pasea por el valle de Alb y cuenta con una larga tradición en Ettlingen, vamos, que sigue ahí porque triunfa como Los Chichos.
Aunque Ettlingen fue completamente destruida por los franceses en la Guerra de Sucesión del Palatinado, el ayuntamiento y la torre actuales son algo que ver en Ettlingen. El edificio se terminó en 1738 y es de estilo barroco, con piedra arenisca roja típica de la región, y uno de los puntos arquitectónicos más llamativos del centro de la ciudad.
Como era habitual en la época, el edificio de cinco ejes, es simétrico y con un frontón en curva decorado con figuras en el eje central. Además su arquitecto creó el conjunto de figuras colocando el escudo de la ciudad el primero. Más arriba está el balcón con el escudo del margraviato y en una representación del siglo XVIII, San Jorge vela por la ley y la justicia. Y esto no es lo único que verás aquí de San Jorge…
El ayuntamiento fue ampliado hacia el oeste unos 150 años después de reformarse, y en 1963 se añadieron varias ventanas de cristal con motivos coloridos, para darle más alegría al edificio.
¿Y la torre? Además de bonita de narices, la torre del ayuntamiento es en realidad una antigua puerta de la ciudad y parte de las fortificaciones medievales de la ciudad del siglo XIII y, sin duda, algo que ver en Ettlingen. La cima de la torre octogonal con el repique y la aguja barroca son del s. XVIII y van a juego con la otra torre también octogonal de San Martín.
Monumento a los caídos
Yn el lado sur de la propia torre, encima del arco, se encuentra el impresionante monumento a los caídos, creado en 1927 por el escultor de Ettlingen Oskar A. Kiefer, el primer «monumento a los caídos pacifista».
Representa un caballo con la Muerte empuñando una guadaña, pisoteando sin piedad cuerpos humanos, tanto de soldados como de civiles. En la zona inferior hay una pelea entre dos gigantes brutales rodeados por una serpiente. La piedra parece ser que es una advertencia sobre la guerra, sobre su «facilidad» de repetición.
Tras las innumerables víctimas de la Primera Guerra Mundial, para el artista era importante advertir sobre los horrores de la guerra y hacerlo en un lugar frecuentado dentro de la ciudad y no en un lugar remoto del cementerio. Desde 1995, aquí también se conmemora a los soldados caídos de la Segunda Guerra Mundial con la inscripción “1939-1945”.
Fachwerkhaeuser (casas típicas)
La pena es que todas las casas, con el entramado de madera se quemaron a finales del siglo XVII, solo quedaron en pie los sótanos del ladrillo que fueron reconstruidos un siglo después.
En la casa de la esquina, hay un escudo de armas de 1585, que recuerda el propietario y al alcalde que vivió en una de esas casas.
Por suerte, en 1975 se comenzó una renovación a gran escala de todo el casco antiguo, que benefició especialmente a las llamativas casas de entramado de madera que tanto caracterizan la Selva Negra.
Estas casas con el fiel reflejo de la construcción y aspecto de la baja edad media y principios de la edad moderna en toda esta zona.
Albwehr
La manera más fácil de llegar a Albwehr es desde la plaza del mercado hacia el propio río. El Albwehr, que en realidad es la presa del río Alb, fue completamente destruida en 1924 por una inundación. Y aquí se construyó un embalse para el canal del molino «Zwingelmühle», uno de los molinos de cereales más antiguos de la ciudad (hasta 1973). .
Iglesia San Martín
Tienes que ver en Ettlingen uno de los edificios más increíbles y antiguos: la iglesia católica de San Martín, que además sobrevivió de chiripa al incendio de 1689. De hecho, su sótano aún conserva unas termas romanas del 200 después de Cristo, testigo de asentamiento romano en esta ciudad.
En el siglo XIV la iglesia se amplió hacia el oeste con las ventanas en estilo gótico. Y la torre se culminó con una cima octogonal con aberturas decoradas. Un siglo después, la Iglesia fue elevada a Colegiata, por lo que tuvieron que hacerle una sala de coro para los 24 canónigos.
Fíjate en la fachada occidental, donde verás a San Martín compartiendo su manto con un mendigo. Justo debajo del escudo de armas, de la alianza del margrave con augusta Sibylla (quien se encargó de la reconstrucción tras la devastación de la guerra de sucesión del Palatinado).
Y ya en los años 80, Emil Wachter completó el techo de la nave con una pintura absolutamente espectacular. Lo que vas a ver en ese techo son temas de la biblia con contextos contemporáneos que me recordaron mucho a las pequeñas e increibles iglesias de Italia.
Castillo de Ettlingen
Aquí nuestro amigo, el emperador Enrique VI conquistó Ettlingen y se pidió un castillo (https://www.ettlingen.de/startseite). Era a finales del siglo XII y quería convertirla en ciudad, o eso tomó como excusa.
Los mangarves de Badén tomaron posesión de la ciudad en el 1219 y algo más de 300 años después construyeron un nuevo complejo para demostrar su poder. Lo acabaron a principios del siglo XVII, tenía tres salas, pero conservaba la torre del Castillo medieval .
Durante la guerra de sucesión las tropas de Luis XIV, incendiaron todo el edificio y posteriormente decidieron reconstruir las ruinas como residencia de ancianos. Tras varias reconstrucciones y un abandono casi absoluto, paso por casa de huéspedes, Hospital militar, escuela de suboficiales y finalmente propiedad de la ciudad en 1912.
Y vaya cambio, porque dicen que las fiestas en el patio del Castillo durante el verano son una auténtica pasada
HIC
Este curioso azulejo que ver en Ettlingen pasa totalmente desapercibido a pesar de ser enorme. ES muy curioso, porque servía para indicar que siguiendo el dedo de este interno del hospital llegarás a él. Lo sé, no parece un interno precisamente, y es que los internos del hospital vestían estas sencillas batas muy similares a las que usan los mendigos.
Piérdete por el centro
Cuando te hayas pasado ya todos los carteles de las cosas que ver en Ettlingen, piérdete por el centro. Casas coloridas a cual más instagrameable y muchas con un detalle muy característico: los portones a los sótanos. Estos eran accesos directos a las bodegas subterráneas, donde antiguamente se almacenaban productos como el vino. Estos portones, presentes en varias fachadas de las casas, no solo son una curiosidad arquitectónica, sino también un testimonio de las tradiciones de la ciudad a lo largo de los siglos. Y así han decidido no solo conservarlos, sino pintarlos tan coloridos como el resto de la casa.
Pues es que yo realmente prefería alojarme en Heidelberg, que está a un salto. Había visto imágenes de las casas de Heidelberg y decidí buscar mi segundo intercambio con homeexchange y de nuevo un espectáculo de casa para disfrutar de dos días a minutos del centro, pero en plena naturaleza y con una vistas absolutamente incomparables de la ciudad.
Te recuerdo cómo va esto. te inscribes en este enlace, te presentas y cuando te animes solicitas un intercambio de casas (puede ser o no simultaneo). Son casas reales de gente normal, y los dueños no te agradan por la puntuación, sino porque son así de majos. Te dejan su casa y a cambio viajan a casa de otros miembros de la comunidad y eso, Maris, no es algo que mucha gente vea normal.
La verdad que lo había visto varias veces, pero esta era mi segunda vez y puedes fiarte, porque la plataforma lleva más de 30 años y más de 240 países… Viajas como un local más, los vecinos no te miran raro 😂 y tienes de todo porque esa familia vive ahí en realidad.
Por cierto, que encima hay algunos que hasta te dejan sus mascotas 🫶🏿🫶🏿🫶🏿
Si quieres probar, te dejo aquí un enlace con descuento (a ti te dan puntos por registrarte desde ahí y a mí, también).
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