Antes de seguir leyendo sobre qué ver en La Habana deberías hacerte esta pregunta: ¿qué tipo de turismo es el tuyo? Yo soy anti pulserita, intento evitar las grandes masas y los horarios en los que los buses descargan turistas.
Y para las exploradoras como yo, que vais a lo vuestro, os enseño mi ruta por La Habana.
Enomórate, mi amol.
La Habana vieja
Fue declarada Patrimonio de la UNESCO en 1982 y es que esta maravilla es el casco histórico de La Habana, donde se concentran un millar de edificios importantes en la historia del pueblo.
Como dato curioso te diré que La Habana Vieja, al contrario que la mayoría de grandes ciudades, no parte de una gran plaza, sino de cuatro: Plaza de Armas, Plaza de la Catedral, la Plaza Vieja y la Plaza de San Francisco de Asís.
En realidad este increíble lugar es lo que me empujó a empezar la lista de cosas que ver en La Habana. A pesar de ser uno de los sitios más visitados de la ciudad, es tan extenso que no tendrás la sensación de estar en un lugar turístico. De hecho, te invito a pasear a cualquier hora del día, pero sobre todo al atardecer, con locales a cada metro que avances y una estampa que se te quedará grabada y querrás repetir cada día que pases aquí.
Haz lo que quieras en La Habana, sigue la lista o pasa de mí por completo, pero no te pierdas al menos un atardecer paseando por una de las zonas más auténticas de Cuba.
Antiguas fortalezas
Tanto en la costa como en la parte interna de la ciudad, La Habana está absolutamente rodeada de fortalezas, aunque en alguna ocasión no fueran muy efectivas… Cerca de la Catedral tienes la Fortaleza del Castillo de la Real Fuerza. Se trata de una enorme fortificación de cuatro esquinas con un foso lleno de agua.
Desde aquí hacia el inicio del Malecón y muy cerca del túnel está el Castillo de San Salvador de la Punta. Aunque es el menos llamativo, puede que te pille de camino en tu paseo por el Malecón, o tal vez cuando cruces el túnel para llegar al Castillo de los Tres Reyes del Morro. Aquí cuentas con hermosas vistas de la ciudad y un faro al que puedes subir por un precio de risa.
Si estás por esta zona, puedes aprovechar y pasear hacia otros dos castillos que se encuentran a lo largo del canal. De paso disfrutarás de las vistas al centro de La Habana.
El Cañonazo
Precisamente en la Fortaleza de San Carlos de La Cabaña se celebra cada noche a las 21h ¡el Cañonazo!. Se trata de una ceremonia que rememora el antiguo toque de queda para cerrar las murallas e incluso cortar con una gran cadena el paso a La Habana. Un par de horas antes podrás pasear por un mercadillo que se monta alrededor del Castillo, y las 21h empieza el desfile de militares españoles como si te teletrasportaran al s. XVIII
En realidad las bodegas eran unos pequeños mercados de barrio situados en esquinas o extremos, pero esta no, esta estaba en plena calle. Así que se trata no solo de una Bodeguita rebelde, también se ha convertido en la más famosa de todas.
Aunque más tarde se convirtió en restaurante y hoy en día es uno de los lugares más turísticos de Cuba, ha conservado siempre su nombre original. Por desgracia, por mucho que yo odie visitar lugares tan abarrotados, no me podía ir de La Habana sin probar un mojito al más puro estilo Hemingway.
El Capitolio
Un auténtico y majestuoso edificio que además es una mezcla del Capitolio de Washington y el Panteón de París. Ojito también a la cúpula, con más de 60 metros de altura, que tiene en el interior un diamante que es además el kilómetro 0 de las carreteras cubanas.
El Vedado
Y aquí la Plaza de la Revolución, una zona residencial con ambiente algo norteamericano. Los edificios que la rodean son del mismo estilo Art Deco que te cuento en qué ver en Miami o en Nueva York, aunque la mayoría de ellos con de entre 1920 y 1950 .
La Floridita
Y si la Bodeguita del Medio se te quedó corta ¡Bienvenidos a la cuna del Daiquiri! Este lugar de diseño lujoso que ocupa toda la esquina entre las calles Obispo y Monserrate era otro de los lugares preferidos de Hemingway. De hecho, cuenta con una estatua del escrito en su esquinita favorita del bar.
Callejón de Hamel
A pesar de todas las recomendaciones que escuché y leí sobre este lugar, fue una de las mayores decepciones. Es cierto que es un lugar con encanto y de lo más original y diferente que hay en la zona, pero actualmente, es una trampa para turistas. Me sentí como en un circo, donde todo se activaba conforme pasaba una cara extranjera, y, sin reparo ninguno, se peleaban entre los propios artistas para ver quién había captado antes al turista… Tal vez fui en un mal día, pero no te lo puedo aconsejar.
Fusterlandia
Finalmente, uno de mis lugares favoritos aunque menos conocidos que ver en La Habana es este homenaje a mi querido Gaudí. El encargado de esta obra de arte a gran escala es el artista cubano José Antonio Rodríguez Fuster. Al contrario que el Callejón Hamel aquí no encontrarás comerciantes peleando por tu atención, así que relájate y disfruta recorriendo los más de 80 edificios decorados con los azulejos más coloridos que puedas ver.
Ojo a las chimeneas que parecen robadas directamente del Parque Güell.
Cómo desplazarte en La Habana
Sin duda a pie para empaparte de lo que ver en La Habana. De verdad que lo ideal para no perder detalle de esta maravilla es patearte el centro todo lo que puedas, todo está cerca. Puedes hacerlo con los zapatips que te he contado o en un Freetour por centro de la Habana
Ya en el caso de querer acercarte a lugares más alejados como el Cristo o Fusterlandia puedes negociar (hasta que te aburras) que te lleven en un taxi. El precio va a depender siempre de tu habilidad y paciencia.
De todos modos, los primeros días te recomiendo patearte la Habana Vieja, seguro que conoces gente o haces algún que otro amigo al principio. A partir de ahí lo suyo es negociar directamente con tus nuevos amiguis. Y aunque pueda parecerte súper típico, me pareció una maravilla poder pasear en el típico coche clásico de color rechinante.
Aquí lo tengo súper claro, la Habana Vieja. Ya no solo porque es el mejor lugar para poder conocer la ciudad, es que hay un millar de casas particulares súper bien de precio y de calidad. Algunas de ellas tienen incluso bares acondicionados en la propia azotea del edificio. El encanto de estos alojamientos en pleno casco histórico no tiene precio.
Si quieres empezar por algún sitio, te recomiendo entre el Capitolio y el Malecón.
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