Excusas cero, que seguro te pilla de camino al norte desde el sur, al sur desde el norte o de este a oeste, y lo que te voy a proponer que ver en Baeza solo te va a llevar un día.
Eso sí, quédate a dormir, que lo vas a rematar en la piscina (en temporada) de un hotel con mucha historia, en su bar Pacos (ojo, que te cuento luego) y en uno de los mejores restaurantes de la provincia, El Acebuche.
Pasear por el centro histórico de Baeza te teletransporta al siglo XVI, que es cuando destacó sobre manera arquitectónica y culturalmente. Y sí, es normal que Antonio Machado se quedara años aquí para reponerse tras quedarse viudo. De hecho, Baeza terminó inspirando al poeta con tanta belleza.
En resumen, esas paradas bonitas por el camino cuando haces un trayecto largo, esas que te contaba que ya incluían Córdoba y Antequera, ahora van de la mano de Baeza y su precioso centro histórico.
Baeza como musa
Qué ver en Baeza
Centro histórico
Si te preguntas qué ver en Baeza, puede que el hecho de ser Patrimonio de la Humanidad o que tenga uno de los conjuntos monumentales más importantes del renacimiento a nivel mundial, no te llame en particular. Lo sé, tú necesitas contenido visual. Así que mira estas fotos e imagina que cualquier día, a las 8 de la mañana, paseas a solas por estas calles del centro histórico.
La calle Alta junto con la calle Cobertizo recorren estrechas los alrededores de la catedral, y en ellas se encuentran los tres pasos elevados de Baeza.
Disfrutar de una joya así a solas, en silencio, sin turismo de masas. Este privilegio, este momentazo único, debería poder vivirse en más sitios del mundo.
La Fuente de los Leones es la niña bonita de la Plaza del Pópulo y algo que ver en Baeza nada más entrar a ella. Dos leones y dos équidos rodean a la que se cree es Himilce, princesa esposa del famoso Aníbal Barca.
Pero la plaza del Pópulo es a su vez la niña bonita de Baeza, aunque la distribución actual se hizo en realidad en los setenta, la belleza de la plaza y los edificios que la rodean, entre los que están el mercado de carne y la oficina de turismo, la hacen un impepinable.
Palacio de Jabalquinto
Uno de los monumentos más emblemáticos que ver en Baeza, que cuenta además con salseo propio. El Famoso Capitán de Lorca” lo manda a construir en el s.XV. Este era el primo segundo del Rey Fernando el Católico y contrajo matrimonio con Beatriz de Valencia Bracamonte. Ambos terminaron siendo además suegros de la hija del poeta Jorge Manrique.
Poco después de casarse ceden el palacio con la condición de que la familia tenga siempre una habitación cuando vayan a Baeza, y un asiento en la capilla para los saraos.
Del antiguo Palacio de Jabalquinto, solo se conserva la crujía de fachada y el patio, que aún conserva la heráldica. Actualmente es la Sede de la Universidad Internacional de Andalucía y el horario de visita «turística» no es tan amplio (échale un vistazo a la web oficial aquí).
El Palacio, por cierto, enamora a Federico García Lorca que visita Baeza, donde conoce a Antonio Machado, y termina escribiendo sobre la fachada en su libro “Impresiones y Paisajes”
Catedral de la Natividad
Es de los sitios que destacan sobre el resto, y seguro que en uno de tus paseos acabas en ella, porque es uno de los must que ver en Baeza.
En el siglo VII se convirtió en sede episcopal visigoda, luego pasó a ser territorio musulmán y fue devuelta a los reinos cristianos tras la conquista de la ciudad por Fernando III en el s. XII. Todos esos siglos de cambios se reflejan en sus estilos mudéjar, gótico y renacentista y fue declarada Monumento Nacional en 1931.
En la Edad Media cuando acogió la lápida sepulcral de San Pedro Pascual, martirizado en Granada en el año 1300. Sus restos descansaron sobre la Puerta de Luna, aunque actualmente se encuentran en el interior del templo.
Una de las puertas más bonicas es la Puerta de la Luna, la puerta oeste de la catedral, y además de su belleza, contiene los elementos más antiguos del edificio.
Camuflada a lo largo y ancho de la Calle Alta, esta puerta no debe pasarte de largo entre las cosas que ver en Baeza. La Puerta del Perdón fue llamada así porque los reos fugados que accedían por esa puerta, quedaban libres de toda culpa. Lo sé, si la puerta hablara…
Plaza de Santa María
En la plaza de Santa María, que tienes que ver en Baeza de camino a la catedral, se encuentran también las casas consistoriales, la universidad y la fuente de Santa María. Tanto la plaza como su preciosa fuente, construida a mediados del siglo XVI y con el escudo de Felipe II, son elementos principales en la descripción que Federico García Lorca hace de la ciudad en Ciudad Perdida.
Antonio Machado
Su casa, en Calle Gaspar Becerra, 10, justo frente al precioso Ayuntamiento, no destaca especialmente. Pero sus obras, sus poemas, ya se encargan de evidenciar su paso por Baeza.
También tienes una estatua en la calle San Pablo, junto a la fachada del Nuevo Casino. Cuando Machado se traslada a Baeza se encuentra con una de sus etapas artísticas más inagotables. Trabajó de profesor de francés en la universidad y allí mismo, en Baeza conoció a Lorca, que también cayó enamorado y terminó escribiendo sobre Baeza.
Quédate, porque tanto pasear de noche como a primera hora de la mañana es impagable. Yo quise estar en todo el centro, en plena belleza, y elegí el hotel con el nombre de mi puerta favorita: Hotel Puerta de la Luna.
De este hotel, que en realidad son 3 edificios contiguos, salió tanta historia que terminaron llevando los restos encontrados al Museo de Jaén. De hecho, conservan algunas vasijas que puedes aún ver repartidas por las zonas comunes, con una discrreta leyenda sobre ellas con su historia en pocos párrafos.
Por suerte, no pudieron llevarse ni la entrada (que es como una corrala), ni el patio con vistas a la catedral, ni el soportal de vigas convertido en pasillo. Estos tres espacios forman parte de mis zonas favoritas del hotel y por las noches el patio es una gozada con la catedral iluminada y el reflejo en la piscina.
Además, el hotel Puerta de La Luna, a pesar de estar en todo el centro histórico tiene facilidades de parking muy cerca. Y, créeme, apenas tendrás que coger el coche por donde está ubicado. De hecho, te recomiendo dos sitios para comer más abajo, que ojito a los chefs… Ah, y no te saltes el desayuno bufé, que esos pasteles locales y ese majao de jamón con aceite y ajo… para ponerles un piso en Cádiz.
Dónde comer en Baeza
Más allá de qué ver en Baeza, tienes que probarla. Y, como soy tan maja, te traigo dos opciones opuestas y me juego una copa que te terminan gustando ambas…
Bar Pacos
Bar Pacos está en el mismo hotel (ya te dije que el coche lo aparques y te olvides) y tienes una terracita en pleno centro para cuando haga bueno.
Además, yo que soy una «wine person» pero exploradora, me dejé aconsejar y así descubrí uno de mis vinos favoritos, justo de Jaén. El Marcelino Serrano crianza me acompañó cada noche con mi plato favorito: las papas bravas que en realidad es como una lasaña con capas súper finas de patatas y salsa brava y de tinta de calamar.
Del resto de la carta me dio tiempo a probar el carpaccio de pulpo, esta morcilla que me vi obligada a repetir, las gambas rebozadas con panko y el pato con salsa albaricoque.
Y no podía irme sin probar los postres, mis favoritos la tarta de queso y el acebuche.
Restaurante Acebuche
Esta es una de esas experiencias que merece la pena. Eso sí, el Restaurante Acebuche no es apto para estómagos pequeños, yo tuve que pedir saltarme los platos. Pero un menú de este nivel, con chef curtido entre fogones michelín, había que probarlo. Y si tienes suerte y hace bueno, puedes sentarte en el patio del hotel con vistas a la catedral.
Aquí es impepinable reservar, eso sí, y dispones de estos dos menús que puedes consultar en su web oficial: Olivo y Estaca y de entrantes y platos.
Estos son mis platos favoritos, pero sé que tengo que volver porque mi estómago no dio para más y me quedó mucho pendiente: el Dry Martini es brutal para empezar y el hinojo está muy muy rico. No te saltes por nada el Foie mi cuit ni el cordero de Segura. Y de postres, el acebuche (distinto al de Pacos Bar) está rico, pero el postre de queso azul es inenarrable.
¡Qué aproveche!
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