Qué ver en el Lago de Como
El Lago di Como es de esos lugares que no necesitan presentación: basta una foto para entender por qué es uno de los destinos más deseados del norte de Italia (para estrellas de Hollywood y para mortales). Montañas que se clavan en el agua, pueblos de colores imposibles y ese ritmo tranquilo que invita a quedarte horas mirando el lago, sin hacer nada más ni siquieres las ansias como yo).
No es mi primera vez en el Lago di Como…. A Italia vengo al menos una vez al año, y esta es ya mi tercera visita aquí. Y aún así, siempre descubro algo nuevo: una villa escondida, un paseo diferente, un restaurante familiar donde me siento como en casa. Esa es la magia del lago: no importa cuántas veces vuelvas, siempre hay una excusa para repetir (como si a mí me hicieran falta…).
En este artículo te cuento qué ver en el Lago di Como con la mirada de quien regresa, mezclando lo imprescindible con esos rincones que merecen la pena si quieres ir un poco más allá de la típica postal.
What else
Cuando pienso en el Lago di Como, hay varias villas (conocidas y «ocultas») que tengo grabadas en la retina y que para mí definen lo mejor de esta zona: Lecco, Varenna, Bellagio, Bellano y Mandello del Lario. Cada una tiene su propio encanto y, juntas, forman un recorrido perfecto para mí. En las próximas líneas te cuento por qué estos lugares son mis imprescindibles y qué no deberías perderte en cada una de las paradas.
Varenna es uno de esos lugares que parecen diseñados para enamorar. Un pequeño pueblo de pescadores convertido en postal, con casas de colores que se reflejan en el Lago di Como y un aire tranquilo que sobrevive, milagrosamente, a la avalancha de visitantes. Fundada en el siglo XI por los refugiados de la isla de Comacina, todavía conserva ese encanto auténtico que otros pueblos más turísticos han perdido. Si te apetece conocerla a fondo (porque créeme, lo merece), te dejo aquí el artículo completo de Varenna, con todos los detalles.
Su corazón late entre el puerto y el Passeggiata degli Innamorati, un paseo suspendido sobre el agua que une el muelle con el centro histórico. Barandillas rojas, fachadas que casi tocan el lago y las montañas recortando el horizonte: no hace falta mucho más para entender por qué es uno de los lugares más románticos del norte de Italia. Pero Varenna también tiene historia y carácter: desde la Chiesa di San Giorgio, con sus frescos góticos, hasta la Villa Monastero, una joya con jardines infinitos que fueron, hace siglos, un monasterio cisterciense.
Y luego está el Castello di Vezio, en lo alto del promontorio que domina el pueblo, con más de mil años de historia, vistas épicas y sus célebres “fantasmi” de yeso vigilando las murallas. Subir es un pequeño esfuerzo que compensa con creces. En el post dedicado a Varenna te cuento cómo llegar, los horarios, precios y algún truco para disfrutarlo sin gente. Porque Varenna no es solo una parada en la ruta del lago: es un resumen perfecto de lo que hace tan mágico el Lago di Como —belleza, historia y ese ritmo pausado que te obliga a quedarte un rato más.
Mandello del Lario, en la orilla oriental del Lago di Como, es uno de esos pueblos que viven al ritmo del agua y de la montaña. Aunque su historia se remonta a la Edad Media, hoy combina ese aire tranquilo de villa lacustre con la energía de quien sabe lo que tiene: paisajes de postal, un centro histórico cuidado y una autenticidad que cuesta encontrar en otros puntos más turísticos del lago. Calles empedradas, iglesias antiguas, y un lungolago donde los locales pasean al atardecer con un gelato en la mano… Mandello es, básicamente, la cara más cotidiana y real del Lario.
Su lungolago es el corazón de todo: menos glamuroso que el de Bellagio o Varenna, pero mucho más auténtico. Barcas pequeñas, terrazas familiares y varias zonas de baño gratuitas donde zambullirse frente a las montañas de las Grigne. Aquí el ritmo baja, el paisaje manda y la vida sigue con calma: familias tomando algo en los bancos, pescadores que no tienen prisa y ese silencio bonito que solo interrumpe el rumor del agua. Si buscas desconectar sin perder el encanto italiano, Mandello es el sitio.
En el extremo sureste del Lago di Como, Lecco combina el alma de ciudad italiana con la serenidad del paisaje alpino. Es la capital de la orilla oriental del lago y, aunque muchos viajeros la pasan por alto, ofrece una mezcla perfecta de vida local, historia y naturaleza. Aquí no hay tanto turismo como en Bellagio o Varenna, lo que le da un aire auténtico y relajado. Su historia se remonta a época romana, pero fue en la Edad Media cuando creció como centro comercial gracias a su ubicación estratégica entre el lago y las rutas hacia los Alpes.
Pasear por su lungolago, con cafés frente al agua y vistas espectaculares de las montañas, es una de las experiencias más agradables del Lario, sobre todo al atardecer cuando los tonos rosados tiñen el cielo.
Además, Lecco es un punto estratégico para explorar el resto del lago. Desde aquí puedes llegar fácilmente en tren o ferry a pueblos como Varenna, Bellagio o Mandello del Lario, e incluso conectar con Bérgamo y Milán por menos de 5 €. Su ambiente tranquilo, su buena gastronomía y su equilibrio entre lago, cultura y montaña la convierten en una base ideal para descubrir el auténtico Lago di Como sin agobios.
Bellagio, conocida como la Perla del Lago di Como, es uno de esos lugares que parece hecho para enamorar. Situada justo donde el lago se divide en dos brazos, regala vistas que dejan sin palabras. Desde el siglo XIX, cuando la aristocracia italiana construyó aquí sus villas de verano, Bellagio ha sido sinónimo de elegancia, naturaleza y ese tipo de belleza que no pasa de moda. Sus callejuelas empedradas, sus escalinatas repletas de flores y sus terrazas con vistas al agua le dan ese aire de postal viva que atrapa a todo el que llega.
Pasear por Bellagio es un viaje en sí mismo: entre las boutiques de la Salita Serbelloni, las vistas de la Punta Spartivento —donde se cruzan los tres brazos del lago— y los jardines de Villa Melzi o Villa Serbelloni, uno entiende por qué artistas, nobles y viajeros la han elegido durante siglos. Aquí se mezclan historia y hedonismo, con helados en mano y un “dolce far niente” perfectamente justificado. Si quieres profundizar más, te dejo el [artículo completo de Bellagio], donde te cuento todos los rincones que no puedes perderte.
Bellano es ese rincón tranquilo del Lago di Como que aún se resiste al turismo masivo. A diferencia de Bellagio o Varenna, aquí la vida sigue su propio ritmo: vecinos que charlan en las plazas, barcas modestas amarradas junto al muelle y calles empedradas que huelen a historia. Su pasado medieval sigue visible entre casas de piedra, pasajes abovedados y pequeñas iglesias, y su ambiente auténtico lo convierte en parada ideal si buscas una experiencia más local, menos de postal y más de verdad.
El gran tesoro de Bellano es el Orrido di Bellano, un desfiladero natural esculpido durante milenios por el torrente Pioverna. Pasarelas colgantes te permiten caminar entre paredes de roca y cascadas que rugen con fuerza, en una mezcla de naturaleza y misterio que inspiró a poetas y escritores desde el siglo XIX. Al salir, un paseo por el lungolago es el mejor contrapunto: tranquilo, panorámico y con ese aire cotidiano que define tan bien al lado más auténtico del lago.
Desde luego la opción de los trenes está genial y es bastante económica, pero también te arriesgas a retrasos (hola, trenitalia) y a que haya zonas cortadas y tengas que pelearte por el bus que sustituye el último tramo.
Así que también te doy la opción más cómoda, local y sin estrés para moverte por el Lago di Como: el servicio Taxi Time NCC. Ya lo he usado en varias escapadas y repito cada vez. Ellos se encargan de recogerte frente al hotel o estación, con coche privado, trato cercano y sin vueltas raras. Perfecto para trayectos al aeropuerto, entre pueblos o simplemente si quieres darte un paseo panorámico sin depender del tren o el ferry.
Por cierto, puedes reservar mediante WhatsApp o Instagram, indica recogida, destino y número de personas, y te confirman con rapidez: cero complicaciones. Incluido en el coste también está el servicio «puerta a puerta», lo que significa que no tienes que arrastrar maletas escalones arriba ni cargar con ellas por calles empedradas. ¡De nada!
Lecco es una base perfecta si quieres explorar el Lago di Como sin dejarte medio presupuesto ni pelearte con las multitudes de Bellagio o Varenna. Tiene tren directo desde Milán y alojamiento para todos los gustos, desde apartamentos junto al lago hasta hoteles familiares con desayuno incluido y vistas a las montañas.
La clave está en elegir bien la zona: si te quedas cerca del Lungolago estarás a dos pasos del paseo y del centro, mientras que en los barrios algo más altos (como Germanedo o Acquate) encontrarás opciones más tranquilas y con mejores precios.
Aquí abajo puedes ver un mapa con alojamientos disponibles en Lecco y alrededores —una forma rápida de comparar precios y reservar sobre la marcha. 🔍
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