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Qué ver en Varenna


Lo sé, es uno de los sitios más petados del Lago de Como y probablemente eso te eche p’atrás… Pero estos rinconcitos que ver en Varenna merecen la pena cualquier codazo que te lleves. Eso sí, si madrugas o vas fuera de temporada (aún a riesgo de que el tiempo medio se comporte) todo será más fácil y pacífico…

Cuesta creerlo, pero Varenna conserva todavía la esencia de aquel pequeño pueblo de pescadores que fue su origen. Los habitantes que huyeron tras la destrucción de la isla de Comacina, fundaron Varenna en el s. XI. Sus casas de colores chillones (rojos, amarillos y naranjas) no son solo una postal bonita: servían para que los pescadores pudieran reconocer fácilmente su hogar desde el lago cuando regresaban en barca.

Romanticismo nivel italiano

Qué ver en Varenna

Hoy es uno de los rincones más románticos del Lago di Como, y no es casualidad. Su famoso Passeggiata degli Innamorati (paseo de los enamorados) recorre la orilla del agua entre el puerto y el centro histórico, ofreciendo unas vistas espectaculares, sobre todo al atardecer. Un lugar que mezcla historia, tradición y belleza en apenas unas calles… y qué calles…

Castello di Vezio

Por menos de 8€ las vistas de este castillo (y el castillo en sí) son algo impepinable que ver en Varenna y que muy pocos visitan. El Castillo di Vezio es una fortaleza medieval sobre el pueblo de Varenna. Desde arriba tienes, sin duda, las mejores panorámicas de todo el triángulo Varenna–Menaggio–Bellagio, tanto desde los miradores como desde la torre del castillo.

En todo lo alto de Varenna se levanta este castillo con más de mil años de historia y unas vistas que justifican cada paso de la subida. Se dice que fue la reina longobarda Teodolinda quien mandó construirlo como puesto de control del lago y de los pueblos de alrededor. Y no es casualidad: este mirador natural ya estaba habitado desde la Edad del Hierro por su posición estratégica. Durante siglos, el castillo sirvió de refugio en tiempos de guerras y saqueos medievales, protegiendo a Varenna y a sus habitantes desde sus murallas.

Por qué es especial

Hoy el Castello di Vezio mezcla historia y arte: torres amuebladas, pasadizos subterráneos, un jardín botánico que crece en uno de los olivares más septentrionales del mundo… Y sus “fantasmi” (figuras de yeso en tamaño real que aparecen cada temporada) le dan un toque misterioso que lo ha hecho famoso en Instagram. 

Y por si fuera poco, aquí también encontrarás una exposición dedicada al Lariosauro, un fósil hallado en el lago que alimenta leyendas de monstruos acuáticos. Qué me gusta un expediente X a mí…

Cómo subir:

🚶‍♂️ Opción clásica: la mayoría de la gente sube andando (20–30 min de subida desde el centro de Varenna, como te decía).

🚖 Taxi local: hay taxis en Varenna que pueden llevarte hasta la parte alta (al pueblo de Vezio, que está junto al castillo). El problema es que son pocos y suelen ser caros para un tramo tan corto.

🚌 Bus: existe un minibús local que conecta Varenna con Perledo (el pueblo de arriba) y algunas paradas cerca de Vezio, pero no es muy frecuente ni muy turístico. Los horarios cambian según temporada y no siempre encajan bien para una visita rápida.

👉 En la práctica, lo que hacen la mayoría de viajeros es: Subir caminando (con calma y buenas vistas entre olivares).

Por cierto, a la entrada/salida hay una cafetería muy rica con baños gratis y mu limpitos. Por si necesitas reponer fuerzas o no sudaste lo suficiente…

Passeggiata degli Innamorati

El Paseo de los Enamorados es probablemente la caminata más famosa de Varenna, y con razón. Un sendero colgante que recorre la orilla del lago, suspendido sobre el agua, uniendo el puerto con el casco histórico. No es muy largo (unos minutos andando de punta a punta), pero sí muy fotogénico: barandillas rojas, casas de colores que parecen caer al lago y, al fondo, las montañas recortando el horizonte.

Lo curioso es que este paseo no nació como atracción romántica sino como pasarela funcional para conectar el muelle con el pueblo, seguro que el nombre ayudó a hacerlo más viral….

Con el tiempo, las vistas de postal lo transformaron en el rincón preferido de parejas, viajeros y fotógrafos. De ahí su nombre: dicen que si lo recorres al atardecer de la mano de alguien especial, el lago os guarda el recuerdo para siempre 💘. Y aunque lo del amor eterno no esté garantizado, lo que sí es seguro es que aquí se saca una de las fotos más icónicas del Lago di Como.

Zapatips:

Lo mejor es recorrerlo a primera hora de la mañana o al atardecer, cuando la luz es más suave y el paseo no está lleno de gente. Si vas de día, prepárate para compartirlo con grupos que bajan del ferry en Varenna. El recorrido en sí es corto, pero merece la pena hacerlo despacio, parando a mirar el reflejo de las fachadas en el agua y tomando fotos desde diferentes ángulos.

Bonus: en verano el paseo se ilumina por la noche, y pasearlo con las luces reflejadas en el lago es otro planazo más tranquilo.

Y no te saltes los ventanales, son la foto y el mirador perfecto de Varenna (y casi de todo el Lago di Como). Hay veces que pasarás de largo porque al otro lado hay decenas de tiendecitas súper cucas, pero el lago créeme, merece más la pena (y no gastas :P)

El pequeño puerto de Varenna

El porticciolo de Varenna es uno de esos rincones mágicos con barquitas de pescadores balanceándose suavemente, casas de colores reflejadas en el agua y terrazas que se llenan al caer la tarde. En origen era un puerto pesquero medieval, punto de vida y comercio para los habitantes de la zona. Hoy en día sigue siendo el corazón del pueblo, aunque los barcos de pesca han dado paso a ferrys, lanchas privadas y, sobre todo, turistas que llegan a descubrir la orilla más pintoresca del lago.

Lo bonito del puerto es que conserva su aire auténtico a pesar de la fama. Aquí es donde empieza o termina el Paseo de los Enamorados, y donde las escaleritas de piedra bajan directamente al agua, perfectas para una foto o un respiro frente al lago. A cualquier hora del día hay ambiente: desayunos con cappuccino, barquitas que salen a navegar… Y, por la noche, un ambiente relajado con los 3 gatos que se quedan en la villa y con vistas de las luces reflejándose en el agua. Un regalo, vaya.

Chiesa di San Giorgio

La Chiesa di San Giorgio se levanta en pleno centro de Varenna, en la Piazza San Giorgio, y es uno de esos templos que sorprenden por dentro aunque por fuera pase un poco desapercibida. Fue construida en el siglo XIV en estilo románico lombardo, con su fachada de piedra gris y un elegante campanario que domina la plaza. Durante siglos fue el corazón religioso del pueblo, y todavía hoy conserva frescos medievales que cuentan escenas bíblicas con ese aire ingenuo y colorido tan característico del gótico lombardo.

Lo curioso es que, pese a ser una iglesia relativamente pequeña, guarda auténticas joyas: frescos del siglo XIV que aún muestran vivos los tonos originales, un altar mayor de mármol barroco y varias capillas laterales decoradas con gran detalle. Además, la plaza que la rodea es un lugar perfecto para sentarse un rato y ver la vida cotidiana de Varenna entre turistas, vecinos y terrazas. 

Villa Monastero

La Villa Monastero de Varenna nació como monasterio cisterciense en el siglo XII, pero con el paso de los siglos fue transformándose en una elegante residencia noble frente al lago. Hoy funciona como museo y centro de conferencias, pero lo que realmente conquista a los viajeros son sus jardines en las terrazas, que se extienden durante más de un kilómetro a lo largo de la orilla. Una locura…

Pasear por Villa Monastero es como recorrer un catálogo botánico mediterráneo (me flipan las plantas aunque las mate sin querer): cipreses, buganvillas, limoneros y palmeras conviven con esculturas y templetes clásicos. Dentro de la villa, las salas están decoradas con mobiliario y detalles de época que muestran cómo vivía la aristocracia en el Lago di Como. Y un extra curioso: aquí se han celebrado congresos científicos de renombre, con premios Nobel incluidos, lo que convierte a Villa Monastero en un lugar donde se mezcla lo pintoresco con lo académico.

Dónde comer en Varenna

En Varenna cada pausa para comer o tomar un café debería ser obligatoria. Parte del viaje es guardar un momento para mirar, respirar y dejar que el lago haga su magia.

Uno de mis rincones favoritos está en lo alto, junto al Castello di Vezio: la pequeña cafetería del castillo. No esperes manteles blancos ni menús de diseño, sino algo mucho mejor: mesas al aire libre, sombra de olivos y unas vistas panorámicas del Lago di Como. Los precios son sorprendentemente normales (un café o un plato ligero sin ese “recargo por vista” tan habitual). Ideal para reponer fuerzas tras subir al castillo o simplemente para dejar pasar el tiempo frente al horizonte.

Y si lo que buscas es una pausa con estilo, el Ristorante Visteria (parte del Hotel Villa Cipressi) es la versión más elegante del “dolce far niente” frente al lago. Tomarse aquí un café, aunque cueste unos 5 €, es casi un ritual: te lo sirven con pequeños snacks italianos —aceitunas, frutos secos o trocitos de focaccia— y esas vistas imposibles del agua y las montañas. No hace falta quedarse a comer; basta sentarse en su terraza, mirar el reflejo del sol sobre el lago y entender por qué Varenna es uno de esos lugares que se disfrutan más sin prisas.

Dónde dormir

Si estás planeando tu estancia en el Lago di Como, quedarte en un hotel en Lecco es una apuesta que no falla: vistas alucinantes y un ambiente más tranquilo que los grandes focos turísticos. Entre mis favoritos para dormir aparece la preciosa Villa Borgo dei Pescatori, situada a un paso del lago y con un toque auténtico que enamora. Imagina despertarte en una casa de pescadores con fresco italiano, tomar el primer café en la terraza mientras el sol pinta las montañas y luego lanzarte de lleno a explorar el borgo. Es el tipo de alojamiento que suma a la experiencia, no solo sirve para descansar

La villa no es el típico hotel enorme: es más íntima, cuidada, ideal para viajeros que buscan tranquilidad sin renunciar a la belleza del lugar. Tiene apartamentos o habitaciones que miran al agua, detalles de estilo local y ese silencio bonito que aparece justo al anochecer, cuando los turistas se han ido y el lago se queda contigo.

Cómo llegar y moverse por Varenna

Llegar a Varenna es sorprendentemente fácil (y barato), sobre todo si vienes desde Bérgamo o Lecco. El tren regional conecta ambas ciudades con Varenna en menos de una hora y por menos de 5 €. Es una de las formas más cómodas de moverse por el Lago di Como sin coche, ya que la estación de Varenna-Esino está a apenas cinco minutos a pie del centro histórico y del embarcadero. Los billetes se pueden comprar online, en las máquinas de la estación o incluso minutos antes de la salida: los trenes de cercanías en esta zona funcionan con bastante frecuencia y puntualidad.

Una vez aquí, moverse por los alrededores es igual de sencillo. El sistema de trenes regionales conecta Varenna con Lecco, Milán y otros pueblos del lago, y los ferris hacen el resto del trabajo conectando la orilla oriental con la occidental. Si tu plan es visitar Bellagio o Menaggio, desde el embarcadero de Varenna salen ferris constantes (te cuento todos los detalles en ese artículo). En resumen: no necesitas coche para disfrutar del Lago di Como —entre trenes panorámicos, barcos y paseos a pie, moverse es tan fácil como placentero.

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