Pues sí, me fui literalmente “con lo puesto” a explorar el Reino Unido, trabajar por primera vez y, por supuesto, la excusa fue «mejorar mi inglés. Aunque más que mejorarlo fue aprender casi desde cero…
Llevaba toda mi vida estudiando inglés, practicando cada verano en Málaga, viendo series en VO… Y mi primer día en Gales mi jefe le dijo a mi jefa directa «watch the Spaniard, she doesn’t speak a shit» (si no sabes traducir esto, sigue leyendo, pero yo lo entendí perfectamente a pesar de mi pésimo inglés).
Y así empezó mi aventura en solitario. Con 18 años me cogí un vuelo a Gales sin billete de vuelta, sin trabajo ni nada parecido y con un único objetivo: «volver hablando inglés de verdad» huyendo de todo hispanohablante durante el tiempo que allí estuviera.
Y, ojo, lo conseguí, y aún hoy me pregunto de dónde saqué las fuerzas para hacer aquello. Estuve 4 meses trabajando sin parar. De hecho, le pedía a mi jefe echar más horas para poder practicar más. Todos mis compañeros eran británicos y los que no, no hablaban español y nos comunicábamos en inglés. Por mi parte, me cambiaba de acera cuando oía a alguien hablar español. De hecho, durante 4 meses, solo lo hablaba con mi madre 1 o 2 veces en semana, ese era el único español en mi vida.
Explorar y aprender
Pero vengo a contarte que hay maneras más normales de hacer esto… No seas como Zapas… Si llevas tiempo dándole vueltas a la idea de mejorar tu inglés y ni tienes 18 años, ni ganas de irte en modo kamikace, tengo la solución perfecta: vete al Reino Unido con un plan y un equipo detrás: el equipo de EF. No solo aprenderás inglés de manera natural, sino que vivirás una experiencia que va mucho más allá de las clases. Es una inmersión total, desde el momento en que aterrizas hasta cuando pides un té en una cafetería perdida en la campiña inglesa.
Viajar solo/a a otro país puede sonar intimidante, pero créeme, es una de mis experiencias favoritas y la practico bastante a menudo. Te abre la mente, te saca de tu zona de confort y, lo mejor de todo, te permite descubrir un país increíble de una manera que ningún turista podría experimentar.
¿Por qué Reino Unido?
El Reino Unido es un destino inmejorable para aprender inglés (que a Malta se va a otros cosa, no te engañen 😛 )
Primero, porque te obliga a usarlo a diario: desde pedir un café en una tiendita local hasta hacer amigos de todo el mundo.
Segundo, porque el acento británico tiene un encanto especial (aunque al principio puede ser todo un reto).
Y tercero, porque es un país lleno de historia, paisajes alucinantes y cultura fascinante. Es más, yo añadiría un cuarto: si cortocircuitas te pillas un vuelo y a casa (pero NO lo hagas, resiste, es más, olvida el cuarto motivo… aquí #hemosvenidoajugar).
Nada que temer
Una de las grandes ventajas de estudiar con los chicos de los cursos de inglés en Inglaterra de EF (te dejo aquí su web www.ef.com.es) es que puedes elegir entre varias ciudades según tu estilo de vida.
Si te gustan las grandes urbes, Londres puede ser tu sitio. Si prefieres una ciudad con aire universitario, Oxford o Cambridge son opciones ideales. Y si te llama la vida costera, Brighton o Bournemouth pueden ser perfectas para ti. No son las playas de Cádiz, pero los que amamos el mar no podemos estar muy lejos de él.
Swansea: mi elección
Mi elección fue Swansea, en Gales. ¿Por qué? Porque es una ciudad costera con un ambiente relajado, rodeada de paisajes espectaculares y con gente increíblemente amable. Vivir y estudiar inglés en Swansea me permitió no solo mejorar mi inglés (mi jefe estaba maravillado conmigo cuando me fui), sino también explorar el Reino Unido a mi ritmo.
Además, la posibilidad de alojarme con una familia local hizo que mi experiencia fuera aún más inmersiva si cabe. Desayunar con tostadas (me negaba a comer beans) mientras charlas con tu familia anfitriona en inglés cada mañana es algo que ningún libro de texto puede ofrecerte.
Viajar mientras estudias: la clave para aprovechar la experiencia
Si te vas al Reino Unido a estudiar inglés, no te quedes solo en la ciudad donde haces el curso. Aprovecha para viajar. Con trenes y autobuses que conectan todo el país (anota bien Megabus, que a veces viajas por 1 libra), es facilísimo escaparte los fines de semana a explorar. Por ejemplo:
Londres: Es un clásico, pero siempre vale la pena perderse por Camden, visitar museos gratis o tomarte una pinta en un pub histórico. Londres siempre, siempre, tiene algo nuevo que ofrecerte.
Edimburgo: Si tienes tiempo, subir a Arthur’s Seat y perderte por sus callejones medievales te hará sentir en otra época. Un finde en Stirling es impepinable y en otra de esas te escapas a las Highlands.
Bath y Stonehenge: Un día explorando ruinas romanas y misteriosos círculos de piedra es una combinación perfecta. Y no muy lejos tienes el famoso Costwolds
Gales y su naturaleza: Si estás en Swansea, el Parque Nacional de Brecon Beacons y la península de Gower son visitas obligadas.
Irse solo/a: el mejor regalo que puedes darte
Una de las mejores decisiones que tomé fue irme solo/a. Sí, puede dar miedo al principio, pero la libertad de elegir tu propio camino, hacer amigos a tu ritmo y descubrirte en otro entorno, no tiene precio. Bueno, y siempre tendrás al equipo de EF contigo, en modo backup. Además, en un curso de idiomas siempre conocerás a otras personas en la misma situación, así que nunca te sentirás realmente solo/a.
¿Listo/a para la aventura?
En resumen: si llevas años pensando en mejorar tu inglés y nunca encuentras el momento, creo que este artículo es la señal que necesitas. Estudiar en el Reino Unido es mucho más que aprender un idioma: es una experiencia que te transforma, te regala recuerdos imborrables y te permite conocer un país fascinante desde dentro. ¿Te animas? porque yo estoy por repetir…
Nota importante: cuidado que se te puede ir de las manos, yo terminé haciéndome mi primer tatu para recordar eternamente la experiencia: llevo un pequeño dragón (símbolo de Gales) que me tatué allí mismo, unos días antes del fin de mi aventura. Te dejo el enlace de los cursos de inglés en Inglaterra de EF y si tienes alguna duda, ya sabes dónde pillarme…
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