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Qué ver en Miyajima


A estas alturas ya sabes que no colecciono países, que si un sitio me hace feliz, vuelvo y punto. Por eso regresé a Japón por 4ª vez, porque no hay nada comparable a este país. Y entre lo motivos que tenía para volver hay varios rincones que ver en Miyajima…

Pero no te confundas, el enorme tori en mitad del mar, que es un impepinable que ver en Miyajima, NO fue lo que me llevó aquí. Hay un templo en lo más alto de la isla que me pone los vellos de punta. Solo Camboya y Stonehenge me provocaron la misma sensación, que siempre acaba con mis ojos cristalinos y una paz extrañamente inigualable.

Si nunca te ha pasado, te invito a venir a Miyajima. Pero si no crees en «esas energías» que te descolocan, seguro que los paisajes de esta isla habitada por ciervos termina llevándote a uno de los lugares más bonitos de Japón.

Dioses, magia y ciervos

Qué ver en Miyajima

Obviamente de entre las cositas que ver en Miyajima te voy a recomendar acercarte al Tori (que además es gratis) y varias veces al día. Pero sobre todo te voy a recomendar dormir allí, porque el atardecer es de otro mundo, y despertarse con las calles vacías aún porque no ha llegado el primer ferry de la mañana es una gozada única.

Por cierto, se cree que Miyajima es la isla donde vive Dios y que el Santuario Itsukushima está construido en la costa porque toda la isla representa el cuerpo de Dios y está santificada. Si es así, ha elegido uno de los lugares más mágicos de Japón.

El Gran Tori

Venga, que voy a empezar por lo más famoso que ver en Mijayima, el Tori más hermoso (o no, porque el de Hakone es brutal también) de toda Asia.

En realidad el torii original se construyó en 1168 y le sucedieron unos 7 hasta llegar al actual. De hecho, el que hay ahora, fabricado con alcanfor natural y con una altura de 16,6 metros, fue construido en 1875 y de 2019 a 2022 lo estuvieron poniendo bonito…

No voy a negarlo, la primera vez que vine a Miyajima fue buscando este precioso Tori, pero me fui con la sensación de que me perdía algo y convencida de que debía volver y hacer noche aquí. Y así he vuelto en 2023.

Hay que tener en cuenta las mareas para visitarlo, y debes acercarte varias veces en tu escapada a Miyajima (con marea alta y baja), pero sobre todo no debes perderte el atardecer, cuando lo iluminan, ni a primera hora de la mañana, cuando está absolutamente solo porque aún no hay grupos de turistas.

Por cierto, ver y cruzar el gran Tori (esto con marea baja) es gratis, y las mareas las puedes consultar aquí en este enlace.

Itsukushima Shrine

El Santuario de Itsukushima también está entre las cosas más famosas que ver en Miyajima. Y, la verdad, por lo poco que cuesta merece la pena pasear por sus pasillos y disfrutar de las vistas de la bahía. ¿Mi recomendación? Hazlo a primera hora que no hay nadie, porque al ser uno de los lugares más famosos, se peta que da miedo…

Durante la marea alta el santuario entero parece flotar en el agua, pero claro, ha costado un poco dar con la solución perfecta que permita a la estructura sobrevivir a la subida de la marea.

Antiguamente se utilizaban farolillos de piedra como peso para evitar que los pasillos se elevaran. Luego se reemplazaron por otros en bronce (aunque todavía se pueden ver los originales en el Salón del Tesoro) y no se utilizan clavos en las tablas del suelo, esos pequeños huecos que ves allí son los que dejan salir el agua.

Por cierto, son solo 300 yenes y en unos 30-40 minutos te los has recorrido tranquilamente.

Pagoda de 5 pisos

Mira que es bonita, pues no la tenía yo entre las mejores cosas que ver en Miyajima, pero esta segunda vez pasé por el lado y me enamoró.

Como contaba con mucho más tiempo porque por fin decidí quedarme a dormir, callejeé más que la primera vez. Y, la verdad, es difícil pasar por alto la pagoda, con cinco pisos de altura y la sala contigua, una sala del tamaño de mil tatamis: el Salón Senjōkaku.

El salón, que es de 1587, nunca se terminó. De hecho no cuenta con una entrada de verdad ni techos acabados, parece semi abandonado. Y a su lado, a su lado una de las pagodas más bonitas de todo Japón.

Templo Daishō-in

Este no es que sea un impepinable que ver en Miyajima, es que desde que lo conocí tengo claro que es un absoluto impepinable de Japón y además es gratis.

No esperes zonas súper instagrameables, ni impresionantes vistas, es que no es ni de los más top de la isla según las guías… Pero su magia y la paz que transmite, la he encontrado en pocos lugares del mundo.

Siempre jugando un papel secundario frente a Itsukushima, para mí Daishō-in es mucho más curioso de ver. A la izquierda de la entrada hay un camino que sube al templo principal donde estarás rodeada por 500 pequeñas estatuas de rakan, muchas de ellas con sus gorritos hechos a mano.

También las 1000 figuras de la deidad budista Fudō lo hacen muy diferente a otros templos. La Puerta Niomon es espectacular y el Salón Maniden, donde las oraciones se oyen con un tambor taiko de fondo, es uno de los lugares que más energía desprende.

Por cierto, al subir las escaleras, no te olvides de girar las ruedas de oración.

El templo es también la puerta de salida de la ruta de senderismo Daishō-in que lleva a la cima del monte Misen. Pero no me preguntes si merece la pena, porque nunca subí, prefiero pasar más tiempo recorriendo esta magia de templo.

Omotesando 

No es que debas incluirla en las cosas que ver en Miyajima, es que vas a pasar por ella seguro… tiene una especie de imán que te lleva a cruzarla varias veces en tu visita a la isla…

Repleta de comercios de regalos y comida, esta famosa calle es un gustazo. Si ya en Osaka te recomendaba ir a Dotombori con mucha hambre, el caso de Miyajima es casi peor. Los kioskos de comida son adictivos y yo termino comiendo hasta casi ponerme mala porque ¡quiero probarlo todo!

Las recomendaciones de comer te las doy más abajo, pero si te agobia la calle porque se peta de gente, solo tienes que salir de ella por una de las callejuelas que dan a la bahía, y disfrutar del paseo junto al agua y rodeado de cervatillos mucho menos hambrientos que los de Nara.

Pasear y perderte

Si me has hecho caso y te has quedado a dormir aquí (y si no, te vuelvo a insistir en que es casi obligatorio) pasear a última hora y al amanecer es algo único que ver en Miyajima. Disfrutar del silencio que la isla brinda cuando se van los ferrys es una gozada, y callejear con la única compañía de los ciervos es como perderte en un cuento manga.

En pocos lugares de Japón tan famosos como este tendrás la oportunidad de ver las calles vacías. La suerte de Miyajima es que casi nadie lo incluye en la ruta para dormir, solo lo hacen como una escapada desde Hiroshima y eso lo convierte en un lugar «fantasma» a primera y última hora.

Qué comer en Miyajima

Si te atreves con la comida callejera (recuerda que Japón es de los países más limpios de Asia, no corres peligro) comer en los kioskillos de la calle Omotesando es un must de Miyajima.

¿Mis favoritos? las riquísimas ostras de Miyajima pinchadas en un palo como si fuera un pinchito de pollo, son una delicia (se me cae la baba de acordarme) que no puedes perderte. Pero en realidad la mayoría de comidas que pinchan en los palos están riquísimas, sobre todo las de pulpo.

Lo bueno es que Miyajima es tan turístico que casi todo viene con una traducción en inglés en un cartelito, porque yo cuando voy a Japón como de todo, pero sin tener ni media de lo que termino metiéndome en la boca.

Dónde dormir en Miyajima

Cuidado porque como la demanda es baja, la variedad para dormir en Miyajima no es muy amplia. Y aprovechando las pocas opciones, decidí quedarme en un bonito Guest House con vistas a la bahía pero barato de narices. Así que te recomiendo el Miyajima Guest House Mikuniya para despertar así de cuco.

Los baños son comunes pero muy, muy limpios (como todo Japón) y eso sí, mírate algún que otro tutorial sobre cómo montar tu propia cama japo, porque no es tan intuitivo como puede parecer y acabarás durmiendo en el suelo.

Dulces sueños y mejor despertar…

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