Polonia
Polonia
A estas alturas, después de haberme cruzado medio mundo dos veces para llegar a las antípodas, era casi un insulto seguir sin conocer Polonia. Así que por fin me quité la espinita y aterricé en este país que mezcla historia intensa, pierogis por doquier y ciudades que no sabías que te iban a gustar tanto.
Solo estuve tres días —sí, tres— y me los repartí entre Varsovia y Cracovia. Suficiente para engancharme, aunque aviso: este viaje es más un aperitivo que un menú completo. Pero oye, si te organizas bien, da tiempo a ver castillos, calles adoquinadas, plazas que te hacen mirar para arriba todo el rato y hasta a comerte media bandeja de pierogis sin culpa.
Polonia es ese país que ha vivido de todo y aún así te recibe con una sonrisa y una cerveza bien fría. Si te va la historia (de la intensa), la arquitectura bonita, los precios razonables y patear sin parar, este sitio te va a parecer un acierto total. Abajo te dejo mis paradas: Varsovia y Cracovia, cada una con su rollo, sus callejuelas y sus descubrimientos. ¿Volveré? Seguro. Me quedó demasiado pendiente para no repetir…