Brežice es esa ciudad de provincia que no se espera grande pero acaba siendo más de lo que pinta. Se encuentra muy cerquita de Zagreb, en una fértil vega verde, rodeada de colinas suaves, viñedos y bosques que parecen tranquilizarte solo con mirarlos. Tiene un castillo renacentista que inspiró más de una película (y funciona hoy como museo cultural), una torre de agua transformada en bar, y un aire pausado probablemente por las increibles termas de la zona.

Pero lo mejor está fuera del centro: uno de los spas más grandes de Europa; las repnice, cuevas de arena que hoy sirven para madurar vino local; las rutas entre viñas de Bizeljsko con bodegas antiguas; los parques naturales Jovsi y Dobrava, perfectos para ver aves y respirar; o el tranquilo castillo de Mokrice en colina con golf, jardines y un aire de cuento moderno. Brežice se siente local, vivo y auténtico sin pretenderlo, y si buscas desconexión con planes simples pero con sabor, este valle es tu sitio.

De verdad hay algo que ver en Brežice…

Y sí, ya sé lo que estás pensando: “¿voy a cruzar medio país solo para esto?”. Pues sí, Mari, porque Brežice no es solo lo que ves, es cómo te hace sentir. Es el lado más calmado y rural de Eslovenia, lejos del bullicio de Ljubljana o de las fotos de postal del lago Bled. Aquí todo va más lento, pero de la mejor manera: los vinos saben mejor, los paisajes se disfrutan sin prisas y la gente te trata como si fueras vecino de toda la vida. Es ese tipo de parada que no busca likes en Instagram, pero te da recuerdos de verdad. Y por eso, vale cada kilómetro que conduzcas hasta llegar.

Castillo de Mokrice

A solo unos minutos de Brežice, este castillo medieval reconvertido en hotel de lujo está rodeado por jardines cuidados al milímetro y un campo de golf que parece sacado de una postal británica. Aunque no te alojes, ya merece la pena acercarse para pasear entre sus muros y dejarse caer en la terraza con un café viendo las colinas. Es de esos sitios que mezclan lo señorial con lo actual sin perder ni un gramo de encanto.

Lo curioso es que el castillo de Mokrice se ha reinventado como lugar de celebraciones y bodas de cuento. Y ojo al detalle: dentro hay dos habitaciones con camas redondas, una para el novio y otra para la novia, que “se encuentran” en las escaleras el día de la boda. Sí, parece sacado de una peli romántica, pero aquí funciona y tiene su magia. No es raro que parejas de todo el país (y de fuera) lo elijan para casarse entre murallas y jardines.

Y si lo tuyo no son las bodas ni los castillos de princesa, tranquilo: Mokrice también se disfruta como experiencia tranquila. El campo de golf, los paseos arbolados, las vistas sobre el valle de Sava… todo invita a bajar revoluciones. Es un sitio donde sentirte un poco noble por un rato, aunque solo vengas a curiosear.

Terme Čatež

Puede que cuando pienses en Eslovenia no te venga a la cabeza Brežice. El algoritmo siempre tiene la culpa… Pero esta zona al sureste del país es un tesoro por descubrir y cuenta con uno de los complejos termales más impresionantes de Europa Central: Terme Čatež.

Ya sea como escapada desde Liubliana o como parte de un road trip por Eslovenia, Brežice te espera con su joya inesperada: un paraíso de aguas termales y bienestar que no tiene nada que envidiarle a ningún destino de lujo.

Terme Čatež: el balneario más completo de Eslovenia

Lo mejor que hacer en Brežice es visitar Terme Čatež. Este resort termal de referencia en Europa Central no solo presume de ser el mayor parque acuático de la región, sino que además este año celebra su 100 aniversario. Fue en 1925 cuando la familia Attems construyó el primer hotel sobre el campo donde hoy se levanta este impresionante complejo. Para conmemorar el siglo de historia, el pasado 21 de junio se celebró un evento por todo lo alto —y si eres curioso, en su web puedes ver el vídeo y descubrir cómo ha evolucionado el resort desde sus inicios hasta convertirse en un destino estrella del bienestar.

Summer y Winter Thermal Riviera: diversión 365 días al año

Imagina más de 18.000 m² de piscinas, toboganes, cascadas y zonas termales. La Summer Thermal Riviera con sus 12.000 m² al aire libre es perfecta para familias en verano, mientras que la Winter Riviera con sus 6.500 m² cubiertos te permite bañarte bajo techo cuando el tiempo no acompaña. Y ojo: ¡esto no es solo para niños! Hay zonas relajantes, bares acuáticos, jacuzzis gigantes y áreas de descanso para tomártelo con calma.

Además, el complejo está tan bien montado que puedes pasar el día entero sin aburrirte ni un minuto. En la parte de verano tienes toboganes que dan vértigo de solo mirarlos, piscinas de olas, zonas infantiles con juegos acuáticos y hasta rincones donde tumbarte con un cóctel en mano como si estuvieras en el Adriático. En invierno, la cosa cambia de decorado pero no de diversión: te metes en cúpulas acristaladas con palmeras tropicales falsas (pero resultonas), agua calentita y un ambiente de “spa gigante” donde puedes olvidarte del frío esloveno.

Lo mejor es que está pensado para todos los públicos: los peques tienen de sobra donde gastar energía, los adolescentes se flipan con los toboganes, y los adultos encuentran su paraíso en las piscinas termales, las saunas y los bares acuáticos. Es como un mix entre parque acuático, spa y balneario, con el plus de que está todo en Brežice, a dos pasos de la frontera croata. Vamos, que si buscas un plan diferente más allá de castillos y viñedos, aquí tienes tu excusa perfecta para sacar bañador en cualquier época del año.

Grand Spa Terme: el templo del relax

Si te va más el plan de spa, el nuevo Grand Spa Terme es un oasis de 2.500 m² de bienestar absoluto: saunas de diseño, piscina interior y exterior, zona fitness moderna, tratamientos de belleza y masajes personalizados. Puedes elegir entre varias experiencias, desde un circuito completo hasta terapias centradas en salud y recuperación gracias a las aguas termo-minerales de los 11 manantiales del complejo. Consejo: no te vayas sin probar su zona de saunas inaugurada en 2023, es de otro nivel

Y ojo con las saunas: aquí el rollo es bastante europeo, así que no te sorprendas si ves más piel de la que esperabas. Para que no te pase como a mí, te aviso: hay zonas donde la opción nudista existe (no es obligatoria, tranqui), pero sí, puedes cruzarte con alguna “zanahoria inesperada” sin buscarlo. Superado el susto inicial, lo cierto es que la experiencia es de lo más top: vapor de eucalipto, saunas panorámicas con vistas, contrastes de frío/calor y esa sensación de salir como nuevo, flotando a medio metro del suelo. Un planazo si quieres resetear cuerpo y mente después de tanto castillo y piscina.

Otras actividades en Brežice

Además de termas y castillos, Brežice tiene un buen repertorio de planes curiosos. El Castillo de Brežice del siglo XVI guarda frescos barrocos únicos en el país y hoy funciona como museo y escenario de conciertos, mientras que la torre de agua de 46 m, reconvertida en bar, te invita a tomarte algo con vistas urbanas desde lo alto. Muy de “pueblo con sorpresa”.

Si sales del centro, te esperan las repnice, cuevas de arena donde se madura vino local y donde algunas bodegas organizan catas con embutidos y quesos (plan fresco en todos los sentidos). Y para algo distinto, en Mostec puedes subir a una barca tradicional y recorrer un tramo del río Sava escuchando historias de antaño. Naturaleza, historia y brindis: aquí no te aburres aunque lo intentes.

Dónde comer en Brežice

Mokrice Castle. Restaurant 1444

Si quieres darte un homenaje de película, el restaurante del Mokrice Castle Estate es el sitio. Aquí no hablamos de un “menú del día” cualquiera, sino de platos servidos bajo techos de siglos, en un comedor que parece sacado de un banquete real. La cocina mezcla tradición eslovena con toques modernos: carnes a la brasa, vinos de la región de Bizeljsko, postres refinados… todo cuidado hasta el último detalle, desde la vajilla hasta la música ambiente. Es de esos lugares donde hasta el pan parece tener pedigree.

Eso sí, el lujo se paga, pero no es ni caro: calcula unos 40–70 € por persona dependiendo de lo que pidas (y de cuánto te dejes llevar con el vino). Pero no es solo la comida: es la experiencia de cenar en un castillo, salir después al patio iluminado y sentirte, por un rato, parte de la realeza. Perfecto para una ocasión especial, una cita inolvidable o simplemente para tachar de la lista “comí en un castillo medieval convertido en hotel de lujo”.

Aquí viene la parte de “yo no digo ná pero lo cuento todo”. Resulta que el director del hotel —muy majo, por cierto— nos juró que Sisi, la emperatriz más famosa del Imperio austrohúngaro, también dejó huella en Mokrice, ya que formaba parte de sus numerosos castillos. Nos enseñó incluso una sala donde, según él, se reunían personalidades locales para hablar de política en los tiempos revueltos de Yugoslavia. Y no me olvido de la leyenda de la condesa Barbara, que supuestamente se arrojó desde una torre y cuyo espíritu movía una bala de cañón en el patio del castillo cada 4 de diciembre, durante la festividad de Santa Bárbara…

Dónde dormir en Brežice

Dormir en Terme Čatež es parte de la experiencia. Puedes optar por uno de sus cuatro hoteles, como el Hotel Toplice-Family Inn**** (recién renovado para el centenario) o el clásico Hotel Čatež con acceso directo al spa. Pero también tienes alternativas más originales como la Terme Village: casas móviles, apartamentos familiares, zona de camping, parcelas para furgos y hasta un alojamiento temático en la Pirate’s Bay, donde los niños flipan y tú puedes relajarte sabiendo que se lo están pasando pipa.

Te dejo aquí el enlace para que le eches un vistazo

Si tienes alguna duda o quieres que te personalice el viaje ¡contáctame para lo que necesites!

Sígueme en Instagram y Facebook para estar al día de todo 😉

---

Últimas entradas