Zapas Viajeras

Los viajes de Sandra y sus zapatillas viajeras

De Nungwi a Kizimkazi

Zanzíbar. Día 6. De Nungwi a Kizimkazi.

Así lleo al ecuador del viaje a Zanzíbar, encantada con el norte de la isla y decepcionada con algunos servicios. Por una parte el buceo y algunos de los restaurantes (pocos) los valoraría muy positivamente. Por otra, el timo de los hoteles (incompresible calidad-precio) y de varios restaurantes donde la comida es de precio moderado pero el servicio de pena y, a veces, termina arrastrándote al wc a contrarreloj.

Pero no me malinterpretéis, ahora que ya os he señalado los pros y contras en estos 5 días en Nungwi, vais sobre aviso y no podréis equivocaros. De hecho, yo volveré ahora que sé cómo acertar.


Nungwi: Desayuno con vistas


Y entre esos «contras» destaca el famoso «pole pole» a la hora de comer, del que te hablaba en la entrada del Día 2 y cuyo único remedio es una buenas dosis de «Hakuna Matata». Sin embargo, en el restaurante de mi hotel deben saber que me piro, porque me han dado una agradable sorpresa. Y eso que solo son las 8h. de la mañana…

Centro de buceo en Nungwi

Hoy no hay tiempo de bucear porque el chófer viene a recogerme a las 10am. Aún así paso por el centro de buceo a despedirme y ¡a pagar!, que con tanta confianza Michael y Delene no me han cobrado aún…

Ya os he contado la genial experiencia con el centro de buceo de East Africa Diving. Tal vez un par de días no sirvan mucho para recomendar un servicio en esta zona, pero he pasado 5 días con ellos y no tengo ni media pega. Esta encantadora pareja sudafricana y su equipo local me han hecho disfrutar como niña pequeña bajo el agua. Y, recuerda, también tienen excursiones y snorkel con muchas probabilidades de delfines y tortugas en libertad. Ya sabes #turismoresponsable, como me mola.

Consejos sobre Nungwi

Y mientras los chicos se preparan para una nueva aventura, me relajo charlando con Delene en el porche del centro de buceo. Eso sí, con los dientes largos y la lagrimilla colgando mientras se marchan en el barco. Te voy a echar de menos, Nungwi.

En total han sido 5 días en el norte de Zanzíbar, creo que es lo justo para disfrutar del lugar, unos 4-5 días. En realidad hay decenas de actividades que hacer aquí, desde no hacer nada bajo la sombrilla, a practicar todo tipo de deportes, o hacer excursiones de tantas horas como quieras. Es verdad que no hay lugar para el aburrimiento y aún no es un destino donde el turismo pegue fuerte. Por lo que es fácil encontrar hueco de sobra en playas y restaurantes. Además, no hace falta reservar nada con tiempo, de hecho, no te lo recomendamos. Tan solo baja a la playa, da un paseo y escoge lo que más confianza te dé.

Yo ya me voy, tengo apenas 10 días y no podía perderme el sur, Kizimkazi, porque he leído que es totalmente distinto, como si cambiaras de isla. Así que, me despido de Nungwi y de las vaquitas playeras y pongo rumbo al sur. Justo a la otra punta de la isla.

Desplazarse en Zanzíbar

Ya te conté en Zanzíbar por libre, y lo confirmo en mi primer día en Zanzíbar, que no veo como opción alquilar un vehículo por tu cuenta. De hecho, el chófer que me recogió en el aeropuerto pasó la prueba de fuego no matándome en el camino, que ya es mucho decir teniendo en cuenta cómo conducen aquí. Por lo que he decidido cambiar de chófer y probar uno que unos amigos me han recomendado, un señor que dicen es formal y lo más importante, seguro. Así podré comparar y recomendaros algo con criterio ¡qué majeta soy!

Como un reloj, y como si no se tratara de un local, llega puntual mi nuevo colegui, Musa Musa. Es genial porque viene con su vehículo enorme con aire acondicionado, agua fresquita, fruta y picoteo, cual cabify zanzibareño. Además el precio es de la media e incluso un poco más económico de lo que se estila en la mayoría de servicios online, unos 55$ por vehículo por ir de punta a punta de Zanzíbar. Por cierto, en este caben hasta 6 personas cómodamente.

Chófer local en Nungwi

Primero para en la salida de Nungwi, el único sitio donde encontrarás un cajero en la zona norte. Afortunadamente Musa Musa sabe perfectamente dónde está y en 5 minutos estamos de vuelta en la carretera. Por una parte estoy encantados porque este nuevo colegui es bastante bueno conduciendo y se conoce a la perfección la isla. Por otra parte, me empieza a contar historias y curiosidades de Zanzíbar, Tanzania, de las zonas por las que pasamos y de su familia. Así que voy todo el camino embobados con él y resulta súper productivo el viaje.

Bosque de Jozani de Zanzíbar

Y sin apenas darme cuenta llegamos al Jozani Chwaka Bay National Park. En realidad la carretera que lleva a Kizimkazi atraviesa el bosque Jozani, el único lugar del mundo en el que habita el mono colobo rojo, una especie en serio riesgo de extinción, cuya imagen puedes ver en los carteles y señales del parque. El parque tiene varios senderos a los que solo puedes acceder previo pago y con guía, no te llevará más de un par de horas. Además los monos son muy confiados y se ven realmente cerca.

Sin embargo, a esta hora hace un calor insoportable fuera del coche y preferimos seguir el camino hacia nuestro hotel. Aunque Musa Musa hace una breve parada en pleno bosque para comprarnos unos cocos fresquitos. Eso sí, lo que dicen de los mosquitos aquí lo podemos confirmar incluso sin haber salido del coche. Así que si te animas a visitar Jozani no olvides manga larga y repelente a tope. En fin, puedes consultar más información en Tripadvisor para visitar el Jozani Chwaka Bay National Park.

Kizimkazi

Y así, en algo menos de 2 horas llegamos por fin a Kizimkazi, coincidiendo con un bus local «Dalla Dalla» casi en la entrada. La aldea, como veréis en está junto al mar, cerca de donde salen la mayoría de excursiones a primera hora de la mañana para avistar delfines. Eso sí, durante el resto del día solo estarás rodeado de locales y de los pocos turistas que deciden alojarse en esta zona. Pues la mayoría viajan aquí desde Stone Town o la zona sureste de la isla.

Sin embargo, he decidido pasar esta segunda parte del viaje en un lugar previsiblemente más relajado que Nungwi. Por otra parte, con dos semanas de margen no tuve muchas opciones libres a la hora de reservar. Así que, tras mucho buscar como te comenté en Zanzíbar por libre, reservo con Sarabi Zanzíbar que fueron súper majos y me ofrecieron habitaciones desde 60€ con desayuno incluido, primera línea de playa, piscina y unos servicios con puntuaciones de 9/10.

Hotel Sarabi Zanzíbar

Aunque hasta ahora había vivido una de mis peores pesadillas en el hotel de Nungwi, empezando porque recién llegada me dijeron que habían vendido la habitación, no tenía ni idea de lo que esperar aquí. El hotel Sarabi Zanzíbarcontaba con pocas opiniones, aunque todas positivas, y unas fotos espectaculares. Pero no sería la primera vez que llego a un lugar y tengo que salir corriendo.

Pues bien, nada más llegar recogen todas la maletas con una sonrisa, y me reciben con unos cócteles de fruta recién exprimida mientras hacemos el check in, tengo hasta ganas de llorar. Pero no me confío, que todavía no he visto nada, ni las zonas comunes, ni la playa ni la habitación…

Mi habitación en Kizimkazi

Venga vale, las zonas comunes están impecables, la hierba recién cortada y fresca, la piscina casi sobre la playa, el restaurante súper chill out… Sigo buscando la trampa. Por fin llego a mi habitación «Mkizi», que en suajili significa «sepia», y me doy cuenta que el nombre tan cutre es la única pega que poner antes de entrar. Y eso que he hecho un esfuerzo y vengo en plan crítico repelente.


En resumen, mi habitación es inmejorable. Puesto que el norte había sido un desastre, al principio pensé que en comparación esto parecía una maravilla. Pero ni comparaciones ni leches, es que lo es. Ni siquiera en los 100 días por Asia y Oceanía, donde recorrí Filipinas e Indonesia entre otros, había estado en un lugar como este. Lo siento, esta vez solo puedo recomendarte con fuerza Sarabi Zanzíbar. Y más aún por el precio que cuesta, es increíble.

Restaurante en Kizimkazi

Después de revisar cada detalle de la habitación y de que abrazara emocionada al chico que me acompaña pidiéndole disculpas porque no es costumbre, me voy al restaurante a ver qué tal. Para empezar el personal sigue siendo amabilísimo y sólo puedo preguntarme ¿qué narices pasa entre el norte y el sur?

Aunque son las 13:30h. no es temporada alta y está todo muy tranquilo. De hecho, traen la comida en 10 minutos, como si el Pole Pole no tuviera que ver con ellos. Pido calamares, brochetas (el pan con picadillo) y un fish&chips, todo muy rico y por menos de 15€ incluyendo 4 bebidas. En realidad no puedo pedir más.

Bueno sí, voy a pedir una señora siesta que sólo son las 14:30 y vaya día intenso llevo.

El tiempo en Zanzíbar

Y como si hubieran pasado varias horas, me despierto antes de las 16h. con un tormenta tremenda. Es como si me hubieran cambiado de isla durante la siesta. Es más, el viento aprieta tan fuerte que empieza a entrar agua por debajo de la puerta. Pero no pasa nada, estoy acostumbrada ya. Aunque esta es la tormenta más fuerte que he pasado en Zanzíbar, sé que de pronto estoy en el fin del mundo y un rato después vuelvo al paraíso. Así que me relajo en la súper cama y a espero a la cena. Aunque la piscina apetece hasta lloviendo…

Y con esto y un bizcocho…

Y no me había equivocado, son las 19h., ha anochecido, pero la lluvia se fue con la luz. Así que doy un paseo al restaurante, donde solo coincido con dos parejas, y sigue habiendo sitio de sobra. Aunque hay algunos restaurantes por la zona, estoy bien aquí y tengo más días para explorarlos. Ya sabéis que #hemosvenidoajugar pero es que esta vez he acertado de pleno ¡yeahhhh! Sin duda, esta segunda pare del viaje va a ser -wait for it- ¡legen-daria!

Recuerda que tienes toda la información de cómo organizar tu viaje en Zanzíbar por libre.


⏮ Zanzíbar, Día 5: Nungwi y Mnemba.

⏭ Zanzíbar, Día 7: Kizimkazi.

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Zanzíbar. Día 6. De Nungwi a Kizimkazi.
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