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Los viajes de Sandra y sus zapatillas viajeras

Nungwi y Mnemba

Zanzíbar. Día 5. Nungwi y Mnemba.

Así llega mi último día en Nungwi y Mnemba, con pena pero con solazo. Hoy me han citado en el centro de buceo a las 8:30h. y bajo a las 8h. a desayunar junto a la playita.

Por desgracia, ya sabéis que no os puedo aconsejar, al menos de primera mano, ningún hotel en esta zona. Aunque me han hablado bien de varios, el Baraka Beach Bungalows, donde me alojo, tiene casi un 9 en booking y es un timo absoluto. Además, ya te conté en el primer día de Zanzíbar por libre que habían vendido mi habitación y me dejaron en la calle.


Practica tu Hakuna Matata


En definitiva, mi consejo es que no pagues más de 50€ por una habitación doble con desayuno, porque todas son más o menos iguales. Por otra parte, asegúrate que tiene agua caliente y aire acondicionado, porque el ventilador es insuficiente en Zanzíbar. Y, sobre todo, cruza los dedos para que no sea un tongo lo que te han alquilado.

Y para empezar el día pido el desayuno en el restaurante y traen lo que les da la real gana. De verdad, que no se puede ser más tocanarices, he alcanzado el nivel experto de Hakuna Matata gracias al hotel y restaurante de Baraka Beach Bungalows…

Nungwi: Útimo día de actividades.

Al llegar al centro de buceo me cruzo con una excursión de niños pequeños con sus profes, todos súper formales y calladitos.

Una vez más el equipo de East Africa Diving tiene todo listo y solo tengo que ponerme el traje y pasear a la orilla para montar en el barco. Y allí estaban todos colocándose en primera línea de playa. Por un lado, las niñas vestían con velo y falda larga. Por otro, los niños con manga y pantalón semi largo. Todo verdi blancos, como a me gusta.

Sinceramente, me daba un poco de palo desfilar delante de este adorable grupo con mis pintas de «medio vestir». Aunque mirándoles las caritas, parecían disfrutar de mi paseíllo hacia el barco, que estaba atracado justo frente a ellos. Más me vale acertar y subir a la primera porque un tropiezo puede ser épico…

Nungwi y Mnemba

Una vez más toca protegerse del sol de camino a Mnemba. Como ya te comenté en la entrada del Día 3, este es uno de los lugares más recomendados de Zanzíbar y me ha encantado la idea de poder volver a disfrutar del Atolón. A pesar de que el paseo dura unos 50 minutos, disfrutar de las vistas del norte de Zanzíbar está incluido en el precio 

Mnemba: Descubre el Parque Marino

Aunque el norte de Zanzíbar presume de decenas de lugares para hacer snorkel y buceo, cuando me dieron la opción de volver a Mnemba no lo dudé. Por un lado por la gran cantidad de vida submarina que vi y por otro por la de bichos enormes que pudimos encontrar en esta zona este de la isla.

Aquí te muestro algunas imágenes de mi primera inmersión, donde, entre otros, me topé con el increíble pez cocodrilo ¿habías escuchado de su existencia? Es una maravilla de bicho. Al igual que el pez roca tan venenoso como invisible. También vi varias langostas mantis, y una de ellas no se percató de mi presencia. Y, si te gusta Nemo, seguro reconocerás al pez mariposa, que delante de mis narices saca la cresta a pasear.

Entre buceos

Tras esta maravilla de inmersión a más de 20 metros y durante 50 minutos, merecido el descanso en cubierta con fruta y donuts caseros. Pero lo mejor es la compañía, hoy el atolón de Mnemba está especialmente abarrotado. Afortunadamente, nos referimos a los pececitos…

Seguro que has visto en miles de fotos y vídeos de snorkelers y buceadores esta especie de peces. De hecho, estas damiselas son casi una plaga en los mares de Asia y de esta zona del Océano Índico. En concreto estas damiselas son del tipo Sargento Mayor y hasta ahora nunca se han puesto agresivas conmigo. Sin embargo, la mayoría de damiselas suelen ser bastante territoriales.

En mi visita hace unos meses a Barracuda Lake, en Filipinas, estaban aguardando en la orilla para lanzarse a morder. Por lo general no suele ser más que un bocadito (o varios) hasta que te alejas de lo que ellas consideran (y debe ser) su territorio. Sin embargo, en nuestra excursión de un día por Komodo, se cebaron conmigo especialmente.

Después de pasar el día felizmente entre rayas, mantas y tiburones, llego a la última parada del tour, donde las pequeñas damiselas tipo Smith (en un tono rosado) empezaron a dar bocaditos sin apenas pausa. Al final, algunos de los bocaditos provocaron cortes en mis piernas y tuve que subirme al barco. Pero ¡oye! que de más de 100 inmersiones en un año ha sido el único incidente, no vayas a ser gallina  ¡son cicatrices de guerra!

Atolón Mnemba

Y así, emocionada y con mucha pena, me meto en la que va a ser la última inmersión en el Atolón Mnemba. A pesar de ser la cuarta vez que me meto en sus aguas, no puedo evitar la emoción al ver un mundo submarino tan extenso y variopinto. De hecho, llevo más de 110 inmersiones y aquí sigo descubriendo por primera vez bichitos y bichazos que jamás había visto. Atent@ a los vídeos, porque la morena saliendo a pasear por su casa no es lo único que me dejó flipada.

Aún no he probado el sur de Zanzíbar, pero el norte ha sido un gran descubrimiento. Gracias de corazón al equipo de East Africa Diving por sus recomendaciones y profesionalidad. De hecho, son personas como las que aquí trabajan las que hacen que una experiencia valga la pena o te vayas de un lugar con la sensación de haber sido timado.

Mañana volveré para despedirme y hacer algunas fotos del lugar, por si os animáis a visitarlo. Ahora toca ducha y buscar algo de comer.

Nungwi: Un nuevo restaurante

Mientras que cualquier persona normal iría a lo ya conocido en lugar de arriesgarse a salir corriendo al hotel-torre a vomitar, yo sigo probando nuevos restaurantes porque soy así de maja. Hasta el último día descubriendo sitios para recomendar o tachar del mapa #hemosvenidoajugar (es decir, qué me gusta complicarme…).

Puesto que hoy hace un día maravilloso, paseo un poco más hasta el restaurante Wave’s Bar, a unos metros del Centro de Buceo. En realidad este es uno de los restaurantes tipo reina de la noche, porque llena la orilla de mesas con una de las mejores decoraciones de la playa. Sin embargo, yo vengo sobre las 15:30h. aprovechando que no hay mucha gente, por no decir ninguna.

Aunque no puedo opinar del ritmo de la noche, el Pole Pole de los camareros a esta hora es de nivel avanzado. Estoy casi sola y tardan media vida en servir la bebida. No es que sea quejica, es que con el calorcito que hace voy a morir deshidratada. Yo y los dos gatitos que me hacen compañía en el bar.

Comida especiada en Nungwi

Como en anteriores ocasiones, pido la comida junto con la bebida para que no se haga eterno el almuerzo. Esta vez apuesto por gyozas de ternera, pollo con curry y un sandwich (esto último no es muy arriesgado, ya lo sé). A estas alturas, si tengo que recomendar algo es que pidás cosas especiadas porque, como sabéis, Zanzíbar es la Isla de las Especias. Y aunque Asia tiene mucha fama en este campo, el curry de Nungwi es el mejor que he probado en mi vida.


Recuerda que tienes toda la información de cómo organizar tu viaje en Zanzíbar por libre.


⏮ Zanzíbar, Día 4: Nungwi y Tumbatu.

⏭ Zanzíbar, Día 6. De Nungwi a Kizimkazi.

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Zanzíbar. Día 5. Nungwi y Mnemba.
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