Zapas Viajeras

Los viajes de Sandra y sus zapatillas viajeras

Mnemba

Zanzíbar. Día 3. Mnemba, la isla del millonario.

Por suerte hoy todo pinta bien para ir a Mnemba, uno de los lugares más recomendados de Zanzíbar.

Así que decido bajar (4 eternas pkantas) a desayunar algo rápido al restaurante del hotel. De hecho, hay que ser madrugadora ya que el Pole Pole amenaza con que el desayuno no sea tan rápido. De todos modos, considerando que el viaje en barco para llegar a Mnemba será de casi 1 hora, es mejor no abusar de la comida no vaya a ser que nos dediquemos a alimentar a los peces del camino.

Destino Mnemba, la Isla del Millonario

A las 9:00h. llego al centro de buceo de Nungwi, East Africa Diving, donde ya lo tienen todo listo para salir. Mientras que ayer fuimos a visitar Tumbatu, al oeste de la isla, Mnemba está en el este y eso conlleva bordear el norte de Zanzíbar y que el trayecto sea algo más largo.

Por ello, cogemos la lancha rápida en lugar del barco de madera que nos trasladó ayer, así llegaremos en mitad de tiempo. Sin embargo, eso significa que no tendremos cubierta, por lo que los chicos de East Africa Diving nos proporcionan toallas y sombreros para el trayecto. Hoy el sol pega fuerte, así que toda protección será bienvenida.

Mnemba. Atolón e Isla.

Por una parte está el Atolón Mnemba, un área marina protegida con un arrecife de 7 kilómetros de largo por 4 de ancho. Por otra, tienes la Isla de Mnemba (conocida como la del millonario) que se encuentra dentro del Atolón.

Aunque la zona de Mnemba es muy conocida por los frecuentes encuentros con grandes animales, como el delfín, en seguida nos damos cuenta que el azul de este Atolón es incluso más intenso que el del oeste. Además, la visibilidad es infinita, lo que hace que el snorkel y sobre todo el buceo vayan a ser uno de los mejores de Zanzíbar.

Pero no nos olvidemos de la isla del Millonario, que, por supuesto, no vamos a pisar no sea que nos asalten. En efecto, esta isla de 500 metros de diámetro forma parte de un complejo hotelero donde puedes alquilar una cabaña por unos 1.500 euros por persona y noche.

Nadar en el azul profundo del Atolón Mnemba.

Sin embargo, nadar, hacer snorkel o bucear es mucho más asequible y, al menos para la mayoría, más emocionante que permanecer tumbado en una hamaca de la Isla del Millonario. A pesar de ser uno de los lugares más turísticos de Zanzíbar, Mnemba no es para nada un lugar donde te sientas agobiado, hay algunos barcos, pero respetan las distancias y el atolón es lo suficientemente grande para todos los que allí estamos. Es más, cabemos nosotros, los barcos y aún así estamos rodeados de animales.

Kichwani (atolón Mnemba)

En primer lugar nos tiramos en Kichwani cuyo buceo va de los 10 a los 40 metros, con corales variopintos. Aunque nos habían hablado de la cantidad de vida grande que aquí había, el tamaño de los meros da miedito ¡son brutales! También encontramos muchos bancos de peces, delfines, los rarísimos peces hoja, peces pipa y muchas variedades de sweetlips que no habíamos visto en el Pacífico.

La inmersión dura 57 minutos pero se nos pasa volando. Y es que además de la cantidad de vida, la visibilidad es magnífica y el agua está a 30 graditos ¡un gustazo de inmersión!

Wattabomi (atolón Mnemba)

Tras la primera parada, hacemos un descanso para desayunar y reponer fuerzas (sandía y donuts caseros de los buenos-buenos). Aún así, alguno que otro no podemos evitar tirarnos al agua en el descanso y seguir disfrutando de Mnemba. Hasta aquellos que estaban en el barco y eran más bien «de secano» no pueden resistirse. ¡Somos como garbancitos en remojo!

Ahora nos dirigimos a Wattabomi , sí, a cuál nombre más difícil de recordar… Al contrario que las anteriores inmersiones, Wattabomi es una zona de corriente, aunque asumible para la mayoría y fácil de manejar. El terreno es arenoso y de nuevo buceamos con meros gigantes, pulpos igual de enormes y rayas moteadas. En este punto de Mnemba vuelve a haber mucha vida y la mayoría bastante grande. En realidad estuvimos acompañados cada uno de los 57 minutos que volvió a durar la inmersión y ha sido una experiencia similar a la de Apo Island en Filipinas, solo que con bichitos considerablemente más grandes.

Snorkel en atolón Mnemba

Por su parte, todos aquellos que nos acompañaron en el barco de East Africa Diving y venían sólo a hacer snorkel, salieron del agua emocionados por haber estado nadando con delfines y tortugas a cada rato.

En definitiva, el Atolón Mnemba es uno de los puntos de la isla que no te puedes perder. Por muy poco que te atraiga el agua, ya tienes que ser muy soso/a para que no te mole ver delfines y tortugas en libertad en el azul más intenso de Zanzíbar.

Morenaza
Pulpo
Anémona
Raya moteada

Comer en Nungwi a lo Pole Pole

En esta ocasión tardamos un poco más en volver al centro de buceo porque paramos a dejar una pareja en su hotel (normalmente las excursiones a Mnemba incluyen la recogida en el hotel). De nuevo, en el camino nos cruzamos con varios grupos de delfines y de nuevo el equipo de buceo nos acerca a ellos respetando las distancias. Ni media queja de este equipazo en los dos días que llevamos con ellos.

Sobre las 15:30h. vuelvo al hotel, me doy una ducha rápida y salgo a comer. Como ya te conté ayer en comer en Nungwi, la mayoría de bares y restaurantes tienen cocina abierta de seguido hasta las 22h. Así que no me cuesta mucho encontrar dónde parar a comer.

Una vez más pido un crepe salado, esta vez de pollo, que no puede estar más seco… En realidad la carne no es el fuerte de los restaurantes de Nungwi, no sé en qué estoy pensando. Sin embargo, el atún agridulce ha sido un triunfazo. Todo ello no vuelve a superar los 12€ con una cerveza de medio litro y una botella de agua. Eso sí, lleva como 40 minutos que te sirvan la comida, casi casi en horario de cenar.

Jua en Nungwi

Pero lo que más está costando de Nungwi no es precisamente su Pole Pole, sino su «Jua«, el Sol. Y es que ni las vacas locales son capaces de aguantar por momentos las temperaturas que llega a alcanzar la arena y el aire. Es cierto que lo mismo estás achicharrándote como que te cae una tormenta cual peli de catástrofes, pero están en Zanzíbar, así que Hakuna Matata, my friend.

Por ello, las playas están vacías, son las 16:30h. y no hay alma que aguante la temperatura. Así que voy a mi torre-hotel a descansar y meterme bajo el aire acondicionado y el ventilador simultáneamente, porque uno solo no tiene fuerza suficiente para refrescar al ático improvisado del hotel.

¿Te he dicho ya que es el peor hotel posible? Pues todavía quedan 2 días para que me sigan dando la razón. Por una parte no me quieren devolver la primera noche, en la que me mandaron fuera a dormir y por otra no dejan de poner mala cara por todo.

Por cierto, intenta ver las vacas escondidas del sol en las rocas…

¿Ves las vacas bajo las rocas?

La noche de Nungwi

Tal y como comenté antes, la mejor opción de comer en Nungwi es sin duda el pescado y marisco. Sin embargo, a mí me cuesta un poco elegirlo en puestos como este porque ¿quién dice que no es nuestro amiguito de esta mañana? La verdad es que me traumatiza un poco la historia… 

Además, hoy precisamente no estoy para cenar a lo grande. Así que vuelvo a Coco Cabana, donde ayer me atendieron genial, y pido algo «ligero».

Puesto que ya tengo aprendida la lección, pido bebida y comida simultáneamente. Ya te conté que aquí la comida tarda más o menos lo que tardes en terminarte la bebida sorbito a sorbito. Así que pido dos mojitos junto con una bruscheta y una pizza hawaina. En este punto te tengo que decir que la mayoría de lo que veréis en las cartas de comida son «falsos amigos». Por ejemplo, la «bruscheta» no tiene nada que ver con una brocheta, son rebanadas de pan con un picadillo de tomate encima. Es cierto que están riquísimas, pero la primera vez que te la sirven se te queda cara de palo.

Vida nocturna

A pesar de que Jua se ha ido ya a dormir, el calor es tan sofocante que termino cambiando de sitio y me bajo a una mesa en la playa. Y aquí empieza el entretenimiento, estoy en primera línea, las olas rompen cerca de mis pies y veo como se llena de agujeritos toda la orilla con cangrejos de todos los tamaños correteando arriba y abajo. Tienes que vigilar los pies porque se te cruzan cada poco, y de vez en cuando se enganchan entre ellos a pinzazo limpio. Así no se hace tan pesada la espera de la comida, es un espectáculo gratuito que vuelve a tener de fondo los truenos sobre la Tanzania continental.

Esta vez la comida y la bebida me sientan bien, así que paseo un poco esquivando cangrejos y «Beach boys» hasta llegar de nuevo a la habitación. Hasta ahora no os he hablado de los «beach boys», son locales, aunque a veces vienen de otros países vecinos, que te ofrecen de todo. Desde una copa gratis en una bar, hasta maría a la puesta de sol. Ten mucho cuidado, a veces lo hacen compinchados con la policía para poder denunciarte y sacar ambos tajada. Por otra parte, di no a las drogas…


Recuerda que tienes toda la información de cómo organizar tu viaje en Zanzíbar por libre.


⏮ Zanzíbar, Día 2: Nungwi.

⏭ Zanzíbar, Día 4. Nungwi y Tumbatu.

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