A pesar de haber terminado alojada en una caja de cerillas, estoy tan cansad que he dormido del tirón. Son las 7h., y aún con las maletas intactas, me pongo el bañador y salgo a desayunar, esta vez sí, con vistas a un azul tan intenso que atraviesa las legañas que me quedan en los ojos.
Es cierto que el alojamiento de BookingFaridu Beach Bungalows, me metió en la habitación auxiliar de turno, pero las vistas para desayunar son de las mejores de la zona. Aunque el desayuno es bastante triste y el café de los de mentira, me voy al menos contenta por el lugar donde me he podido sentar a desayunar, que ya es mejor sensación que la de anoche.
Qué hacer en Nungwi
A estas alturas ya me he dado cuenta de que Nungwi es una zona bastante turística de Zanzíbar y parece el destino favorito de rusos e italianos. Aunque hay una amplia oferta de actividades que hacer en esta zona, y te iré detallando, para el día 2 en Zanzíbar elegí bucear en Tumbatu.
Sin embargo, al contrario de lo que hice en mi viaje de 100 días, esta sí es una actividad que llevaba cerrada desde casa, porque un centro de buceo (o cualquiera que incluya actividades acuáticas) no es algo a decidir sobre la marcha en el destino. Por una parte, hay que conocer la seguridad y garantías que el negocio ofrece y por otro las experiencias que otros viajeros experimentados han tenido con el centro de buceo. Y, sinceramente, esto es algo que te llevaría medio día hacer a pie por las playas de Nungwi, así que mejor llevar los deberes hechos y opciones alternativas por si falla.
Así que tras contactar y revisar varios centros de la zona, me quedé con East Africa Diving cuyos dueños, Delene y Michael, cuentan con valoraciones muy positivas y una amplia experiencia en el campo. Además, fueron muy comprensibles y me permitieron decidir si bucear o no unas horas antes de la salida del barco, en función a mi cansancio por el viaje.
Buceo y snorkel en Tumbatu
Y llega mi primer contacto físico con el agua en Zanzíbar, pongo rumbo a Tumbatu que se encuentra a unos 30 minutos de Nungwi. Pero, ¡sorpresa! nos vemos rodeados de delfines y nos entretenemos un poquito más en el camino. En efecto, en mar abierto, en libertad y disfrutando del sol tanzano un grupito de delfines curiosetes se acercan a saludar. Lo mejor es que el equipo de East Africa Diving no se pone a perseguirlos o rodearlos para agradar a los que estamos en el barco, sino que respetan su rumbo sin molestarles. Sin duda, el turismo responsable es algo que me toca el alma ¡un 10 para el equipo!.
Tras esta agradable visita, llegamos al primer punto de Tumbatu: Ras Misikitini, y nos dividimos en dos grupos, el de buceadores y el de snorkel. ¿Qué dices, que estamos en febrero? pues el agua además de azul turquesa está calentita, calentita, a 30 graditos ¡qué gustazo!
Tumbatu
Tras el primer buceo y snorkel, llega el desayuno, el equipo de East Africa Diving nos tiene preparada fruta fresca, agua y unos donuts de esos que te hacen ganar tantas calorías como las que vas a gastar en toda la mañana. A pesar de ello, crean adicción y vaciamos la bandeja entre todos. Así que, repuestos de energía y descansados durante 45 minutos, volvemos al agua. Esta vez nos tiramos en Mwana Wa Mwana.
Snorkel en atolón Mnemba
En definitiva, el Atolón Mnemba es uno de los puntos de la isla que no te puedes perder. Por muy poco que te atraiga el agua, ya tienes que ser muy soso/a para que no te mole ver delfines y tortugas en libertad en el azul más intenso de Zanzíbar.
Por su parte, todos aquellos que nos acompañaron en el barco de East Africa Diving y venían sólo a hacer snorkel, salieron del agua emocionados por haber estado nadando con delfines y tortugas a cada rato.
Vuelta a Nungwi
Después de dos encuentros con la fauna marina de Nungwi toca volver a tierra, otros 30-40 minutos desde Tumbatu. Este centro de buceo es de los que te da todo hecho, no cargas más que tus aletas, el resto lo hace el increíble equipo que nos ha acompañado. Son las 14:20h., ya voy tarde para comer según el horario de aquí y además necesito ducha. Así que cruzo los dedos y voy al hotel (el que había pagado hace un mes) a ver si tengo ya habitación o me han seguido engañando, como ayer.
El peor hotel de Nungwi
Por fin llego al horrible hotel de Baraka Beach Bungalows donde me reciben con su peor cara, para variar. Esta vez sí, me llevan a mi habitación, en teoría deluxe y con vistas al mar. Pero, claro, un edificio que no está en primera (ni segunda) línea de playa, solo pueden ofrecerte vistas al mar desde lo alto altísimo, una habitación construida en el techo del edificio, donde se accede por escaleras exteriores y sin cubrir. Por supuesto, wifi ni soñarla, y agua caliente con suerte, por la poca presión.
En efecto, hay que tener muy poca vergüenza para venderte una habitación así como categoría deluxe y con vistas al mar por casi lo que gana un trabajador al mes en el hotel, 76€/noche. En esta ocasión y aunque nunca me había fallado hasta ahora, booking no estuvo a la altura y no me ayudó a cambiarme.
Comer en Nungwi
Pero cambio el chip que estoy recién llegada. Ducha rápida y a la calle, donde me doy cuenta que en Nungwi realmente puedes comer a la hora que quieras durante la tarde porque la mayoría de las cocinas no cierran. A pesar del disgusto, el cansancio no me da para ir más allá del restaurante del hotel, donde pido una flauta de pollo y unas gambas rebozadas por menos de 10€ ambas. Aunque en la bebida son más europeos, el medio litro de cerveza (Kilimajaro) te sale por 6.000 chelines, 2,5€ y si pides vino despídete de casi 4€ por copa.
Pole, Pole
Entre las cosas que hacer en Nungwi, la principal es tener mucha paciencia, sobre todo a la hora de que te sirvan. En Zánzibar todo es «Pole, pole» y es una de las 3 frases que más vas a escuchar. Aunque literalmente significa «despacio» la mejor traducción en Nungwi sería «ya si eso vete bebiendo el medio litro de cerveza que te acabo de servir, que para cuando lo acabes te traigo la comida y así me pides el siguiente, aunque no te garantizo que te llegue la bebida antes de que te acabes ese plato».
Cuando crees que solo pasa en un restaurante, te das cuenta de que es la isla entera, respiras profundamente y recuerdas que estás de vacaciones. Entonces se te acerca un local y te dice otra de las 3 frases más repetidas en Zanzíbar «Hakuna matata», te entra la risa, y se te olvida todo.
Atardecer en Nungwi
Mientras preparaba por encima este viaje, leí que ver atardecer era uno de los imperdibles que hacer en Nungwi. Así que me echo una siestecita para evitar el calorazo y a las 17h. bajo (las 4 malditas plantas del edificio) a buscar un buen sitio en la playa.
Aunque en la zona frente al restaurante hay más movimiento, si te vas frente al centro de Buceo suele haber menos gente. De todos modos, podría decir que esta zona de Nungwi es simplemente perfecta para ver caer el sol. Por cierto, cuidado con los cuervos de Nungwi, son bastante cabroncetes y atacan sin piedad los drones, y si no, mira el vídeo…
Cenar en Nungwi
En este caso lo de cenar no es tan abierto como el almuerzo, así que intenta encontrar un sitio antes de las 20:30h. porque no solo te cerrarán cocina, sino que los rusos e italianos te dejarán sin sitio. Yo encontré de chorra una mesa en Blue Ocean Restaurant, cerca del hotel, y allí me senté en segunda línea de playa con vistas al continente. Por cierto, que la tormenta que estaba cayendo sobre Tanzania tenía hipnotizados a todos los presentes.
Continuando con la prueba de platos locales pedí Pulpo en salsa de curry y coco, ensalada de aguacate y carpaccio de pez nosequé. De nuevo la cuenta de la comida apenas supera los 12€, por lo que veo que comer en Nungwi es asequible.
Primera lección en Nungwi
Tras la cena, voy a Coco Cabana a tomar unos mojitos. Aunque toda la zona está llena de bares de copas, este restaurante tiene muy buena pinta y es muy cuco. Además, resulta contar con uno de los camareros más majos de día, por no decir el único.
Así que por hoy ya basta. Habrá que descansar para seguir mañana con mejor cuerpo
Recuerda que tienes toda la información de cómo organizar tu viaje en Zanzíbar por libre.
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