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Los viajes de Sandra y sus zapatillas viajeras

Stone Town en un día

Zanzíbar. Día 10. Stone Town en un día.

Bienvenidos a mi último día completo en Zanzíbar. Hoy dejo mi paraíso en Kizimkaki para ir a la capital y visitar Stone Town en un día.

De nuevo los famosos tonos azules de Zanzíbar me levantan de la cama. De verdad que me va a costar mucho desacostumbrarme a las vistas de esta habitación.

Por supuesto los locales ya están manos a la obra, son las 8 h. y la mayoría de excursiones comienzan pronto. Aún así, esta zona de Zanzíbar, Kizimkazi, y en concreto mi hotel, el Sarabi Zanzíbar, conservan una tranquilidad increíble, alejados de las multitudes y el turismo de masas.

Pero hay que ir a desayunar si quiero que dé tiempo a aprovechar el par de horas que tengo antes de que vengan a recogerme. Y, como hoy no buceo, me doy un homenaje en el bufé del hotel. Sí, lo sé, me han quitado mi mesa favorita, pero da igual, ya le sentará mal el desayuno al de la camisa azul…

Sarabi Zanzibar

Después de terminar la maleta, y aunque en la habitación se está de lujo, salgo a pasear una última vez por el hotel. Tal como pudisteis ver en los vídeos del droncito en Kizimkazi por libre día 9 el recinto está en consonancia con la zona. Además, te permite estar en contacto con los locales de la aldea, compartiendo playa con ellos por la tarde, cuando salen del cole o de trabajar.

Asimismo, si no te apetece playa o la marea está baja, puedes venirte a la zona de la piscina. Casi sobre la playa y con todas las comodidades, ducha, sombrillas, hamacas, tumbonas, toallas y restaurante.

¡Recomendado!

El primer día que llegué al hotel de Kizimkazi, del día 5 de nuestro viaje a Zanzíbar por libre, acabé saltándome todas las normas y abrazando al personal del hotel ante la incredulidad de los pobres. En efecto, me dejé llevar por la emoción al llegar a un lugar que nada tenía que ver con lo que había visto en el norte. Después de este impulso incontrolable me concentré en ver si todo era tan genial como parecía en el hotel Sarabi Zanzíbar y por el irrisorio precio que estaba pagando por una habitación con piscina privada y sobre la playa.

Pues bien, después de 5 días en Kizimkazi por libre, confirmo que todo era lo que parecía, un paraíso. La recepción, las habitaciones, la piscina, el restaurante, la zona de playa, las hamacas… todo está nuevo, impecable y el personal es muy amable. Por un lado es tranquilo, por otro ofrece una amplia variedad de actividades si quieres explorar la zona por tierra o mar. En resumen, no solo te recomiendo este hotel, es que lo incluyo en la lista de hoteles favoritos del mundo que he visitado hasta la fecha.

Gracias de corazón al personal y a Janne Verberne por contribuir a que haya pasado unos días increíbles en vuestro pequeño paraíso.

De Kizimkazi a Stonetown

Si queréis saber mi opinión para desplazaros por el la isla, los pros y contras de cada modo de hacerlo, en «Día 1. Cómo llegar a Zanzíbar» os deo una primera impresión y en «Día 6. De Nungwi a Kizimkazi» confirmo lo que nos temía.

Como no quiero duplicar información y aburrirte, te dejo esas dos entradas donde explico cada detalle. Eso sí, este tercer desplazamiento, que me lleva desde Kizimkazi a Stonetown, es el trayecto más corto que he hecho hasta ahora. Además, voy por la carretera principal de la isla, solo tienes que ver el siguiente vídeo. Por tanto, me alegro de haber vuelto a contratar los servicios de «Musa, Musa». Aunque él no haya podido venir personalmente y haya enviado a su sobrino, el servicio es impecable.

Stone Town

Aunque la distancia es de unos 60 kilómetros, el recorrido suele ser de hora y pico en condiciones normales. La mayoría del camino solo verás verde y algunas chozas a pie de carretera, y pasarás por aldeítas donde hay que tener cuidado porque no solo caminan por el «arcén imaginario» persona y animales. Además cruzan la carretera sin previo aviso.

Es curioso ver los locales y estructuras de edificios conforme entras a la Ciudad de Piedra, ya que durante 10 días me he rodeado de verde y de pequeños edificios completamente distintos a los de la capital. Es casi como si me hubieran cambiado de país en cuestión de una hora.

La mejor zona de Stone Town

Tal como os adelanté en ¿Cómo elegir alojamiento? he reservado un hotel en la zona clave. Para ello he señalado los lugares de la ciudad que queremos visitar y he buscado un hotel en el centro de todos ellos. Así acabo reservando en el Forodhani Park Hotel. De cualquier manera ya sabéis que este viaje no lo he organizado con mucho tiempo, apenas un par de semanas. Por lo que la disponibilidad de hoteles era muy reducida, pero, sin duda, la zona es un acierto.

Forodhani Park Hotel

Por una parte el precio del hotel no parecía un abuso, considerando la media por habitación de la isla (60€ con desayuno). Por otra, era uno de los que destacaba por las valoraciones positivas. Aunque a estas alturas ya sé que eso no es ninguna garantía ni aquí, ni en Filipinas… Finalmente, y conociendo la escasez de playas de Stone Town y las pocas actividades que se pueden hacer en las horas fuertes de calor, buscamos que tuviera piscina y un buen aire acondicionado. Hasta aquí todo bien, pero fallé en no mirar que tuviera ascensor ¡sus muelas! Así que tocó subir 4 plantas varias veces a lo largo del día. Eso sí, del equipaje se encargaron ellos muy amablemente, no como en Nungwi…

En resumen, el hotel muy colonial, limpio y cuidado y la habitación ídem, pero además con un baño que lo quiero yo para el patio de mi casa ¡vaya chulada!

Otra cosa que me encantó es que el hotel tiene restaurante y servicio de habitaciones ininterrumpido. Así que pido algo de comer en la habitación, que está fresquita, y pretendo salir a las 14h. a hacer una excursión de un par de horas por el centro, antes de que se haga de noche. Por cierto, el servicio de restaurante correcto y decentemente rápido para ser Zanzíbar.

¿Dónde comprar recuerdos en Stone Town?

A las 14h. he quedado con los guías de Wonderful Zanzíbar para una excursión privada por el centro de Stone Town. Pero son las 14:20 y aún no han aparecido ni dado señales de vida. Así que cruzo la calle unos minutos para entrar al fuerte y echarle un vistazo a las tiendas de recuerdos de la zona.

En realidad ha sido algo más que echar un vistazo. Y es que a estas alturas de la película no tengo ni un triste lápiz de recuerdo. Así que me meto en una de las tiendas que más me llama la atención y hago una sola compra. Por una parte no voy sobrada de tiempo y por otra no tengo la mente para regatear mucho, tengo el cerebro medio derretido, con un regateo ya me vale.

Ojo con las excursiones que contratas.

En menos de 30 minutos estoy de vuelta en el hotel y sigue sin aparecer nadie a recogerme para hacer la excursión. Asimismo, no tengo respuesta ni por whatsapp ni por privado de la conocida empresa de tours por la ciudad Wonderful Zanzíbar . Es más, no tendré noticias hasta casi una semana después, alegando un malentendido. El caso es que tengáis cuidado porque la mayoría de estas empresas no destacan por su formalidad precisamente. Por ello te recomiendo que, si realmente quieres un tour guiado por la ciudad, lo hagas directamente en el hotel o una vez que llegues a Stone Town. Y, sobre todo, NO PAGUES nunca por adelantado.

Por suerte yo no había pagado. Sin embargo sí me ha fastidiado que a 3 horas de que anochezca no tenga una ruta para seguir y visitar la ciudad por mi cuenta. Es cierto que conozco los lugares que quiero ver, porque los señalé para poder elegir hotel, pero improvisar con este calor no se me está dando del todo bien.

La casa de Freddie Mercury en Stone Town

Entonces recuerdo que uno de los sitios que más cerca tengo del hotel es la casa donde Farrokh Bulsara vivió con su familia. Más conocido como Freddie Mercury, el famoso cantante nacido en Zanzíbar cuenta con un pequeño museo en pleno centro de Stone Town. En realidad la entrada sólo cuesta 10$ y las opiniones sobre el museo no se ponen de acuerdo en si merece o no la pena, lo cual ya nos tira un poco para atrás. El caso es que los 20 minutos que estuve merodeando la fachada y leyendo toda la información que hay en las paredes exteriores del museo, no vi entrar a nadie. Es cierto que todos los grupos de turistas paraban en la puerta para que el guía les contara cotilleos, pero ni una sola alma entró al museo.

Son más de las 15h., el sol está pegando lo más grande y todos los extranjeros que veo van con guía y empapados en sudor, casi al borde del desmayo. Así que decido acercarme a la playa a ver si hay donde quedarse a refrescarse. Entonces me doy cuenta que Stone Town no es ni Nungwi, ni mucho menos Kizimkazi. Más bien es cualquier playa malagueña en pleno agosto y no hay ni un cachito libre. Por tanto, decido subir a la habitación a que al menos el sol se calme y se pueda pasear por la ciudad.

Stone Town en un par de horas


Aún sobre las 17:30 h. sigue haciendo un calor desagradable, pero decido salir a la calle o no voy a ver ni un trocito de Stone Town. Aunque había leído que era un sitio muy bonito por sus puertas, edificios y mercados, no sé si por el listón tan alto que ha dejado Kizimkazi o porque es el final del viaje, que no hay prácticamente nada que me llame la atención de esta ciudad.

Es cierto que los callejones le dan un toque al centro, pero al margen de la casa de Freddie Mercury, poco más veo que se pueda hacer por aquí. Al menos para mi gusto, todo es demasiado turístico, tiene demasiada gente y en algunas zonas he sentido poca seguridad al pasear. Sin embargo, Stone Town suele estar llena de turistas que hacen escala en su viaje por África, principalmente de vuelta de un safari o de camino a él.


Puesta de sol en Stone Town

A pesar de todo buqué un lugar para ver la puesta de sol e intentar arreglar la visita, pero todo sigue estando abarrotado y encima está nublado. Por otra parte, la gente de la capital no me parece tan maja como la de las aldeas. Por ejemplo, si están ocupando la playa para jugar a la pelota y quieres cruzar, no van a parar aunque te lleves el balonazo de regalo. Tal vez estén un poco hasta las narices de tanto turista… yo lo estoy y llevo solo unas horas.

Tras la puesta de sol frustrada cojo otro camino para la vuelta a la zona del hotel a ver si hay suerte. Pero tampoco hay nada que me llame la atención o parezca relevante.

Mercados de Stone Town

Así que llego justo a los jardines frente al hotel, donde cada atardecer montan el famoso mercado de comida en Forodhani gardens. No ha sido suerte, os dije que la zona del hotel era la ideal. Aunque son casi las 19h. y el calor es sofocante, doy un paseo por si algo me llama la atención y llevármelo al fresquito de la habitación a comerlo. Sin embargo, me siento agobiada por la presión y acoso de los captadores, esos que te abordan mientras paseas para que compres en su restaurante por encima de todas las cosas.

Por una parte, ya sabéis lo antisocial que soy, por otra, que me presionen a estas alturas cuando llevo 10 días en modo Pole Pole no me mola nada. Al final me escapo de hasta 4 captadores distintos, una tarea que no fue fácil. Tras dar una vuelta por el mercado no me sentí con el valor de comer nada de allí, todo parece fresco y probablemente lo sea, pero si este calor me mata a mí, no imagino lo que provoca sobre esa comida al aire libre.

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