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Qué ver en Neuchâtel


Si has aterrizado en Ginebra o estás de ruta por Suiza, no puedes dejarte atrás todo lo que hay que ver en Neuchâtel, porque es uno de los motivos por los que he vuelto a Suiza.

En 2010 me la recorrí enterita, entrando por Italia, hasta Francia y luego saliendo por Alemania… y, sin duda, Neuchâtel es de mis pueblitos favoritos. Y, Suiza, unos de mis países favoritos junto con Japón, Indonesia y Nueva Zelanda.

Por cierto, aquí me voy a centrar en la zona de Neuchâtel y alrededores, pero si tienes un finde, no te pierdas esta escapada por la Suiza francesa para completar el día 2.

De donde salen los cuentos

Qué ver en Neuchâtel

Neuchâtel

Hace más de 10 años que vine por primera vez, y tras esta segunda visita, me atrevo a contarte qué ver en Neuchâtel con la misma ilusión (pero más conocimiento) que la primera vez.

El Castillo y la Colegiata de Neuchâtel (de estilo gótico y de la Edad Media), son símbolos de la ciudad y además destacan sobre todo el skyline por altura y belleza.

Ambos son gratuitos y no te van a llevar más de 1 hora en total, así que ni te lo pienses.

Baja por las callejuelas hasta el colorido mercado de la Place des Halles (mejor a primera hora sin gente) y disfruta de las plazas y fuentes que encontrarás en el camino.

Neuchâtel es una pequeña joya con pasado medieval que celebró su milenio en 2011. Cuca, importante, pero desconocida y apenas sin turismo. Disfruta de ella mientras se pueda y pasea junto al bonito lago del mismo nombre.

La Neuveville

Esta cucada de lugar es de lo más bonico que ver en Neuchâtel. Fue fundada por el Obispo de Basilea apenas en el s. XIV, pero bien merece una visita.

Al estar rodeada por el lago y el Jura La Neuveville no tenía modo de expandirse, aún así cuenta con casi 4.000 paisanos y es de muy fácil acceso, tanto en tren como por carretera.

Por cierto, hace unas décadas se encontraron restos de la edad de bronce y de hierro en unas excavaciones en la Iglesia Blanche. Así que aunque sea «reciente» guarda bastante historia.

Le Landeron

Nugerol, pobrecita, pagó los platos rotos de la eterna guerra entre el condado y el arzobispado y fue totalmente arrasada a primeros del s XII. Pero a pesar de su corta edad, es una de las más Disney que ver en Neuchâtel.

Un siglo después de su destrucción total, el Conde decidió reconstruirla muy cerca, en una isla minúscula llamada Le Landeron. Luego fue ampliando su territorio hasta donde está hoy en día y se quedó con el nombre de la isla.

Durante siglos intentó seguir expandiéndose hacia la zona francesa sin éxito, sobre todo cuando Neuchâtel vendió su principado al Rey de Prusia.

Los lugares con más encanto que puedes ver hoy en día, la fuente, el ayuntamiento o la Capilla, son casi todos del s XV.

Valangin

A apenas 10 minutos en coche de Neuchâtel tienes esta aldea, porque ni pueblo se le puede llamar, y es de las joyitas escondidas que ver en Neuchâtel.

Con apenas 505 habitantes, Valangin es ese agujero entre bosques, restos medievales y miradores con oscuro pasado.

De todas las movidas que esta zona sufrió, fue la familia Aarberg la responsable de la muralla, el castillo y las 9 torres semi circulares.

El Castillo es uno de los más bonitos de la zona, aunque la aldea sea más conocida como “el agujero”.

Entrar a la fortaleza y rodear el castillo es gratis. También hay un camino de Ronda que puedes hacer plácidamente. Ojito, que el famoso Gibet donde se colgaba a criminales, es hoy un precioso mirador al lago de Neuchâtel… eso sí, a unos 35 min a pie del Castillo

Romainmôtier

Y si te queda tiempo, acércate a Romainmôtier, donde estaba la antigua abadía de San Pedro y Pablo y en plena Vía Francigena que unía Canterbury con Roma.

Fueron los Santos Román y Sulpicio quienes fundaron este monasterio en el s. V, uno de los complejos sagrados más ilustres de Suiza.

La iglesia actual, del s XI, se construyó sobre los restos de dos anteriores y es de estilo Burgundy.

Justo en frente está la torre del reloj, que era la entrada de la muralla que protegía los edificios del convento. También tienes la casa de Lieutenant Ballival, muy cerca de la Torre, con un techo típico de Berna y obra del famoso Jean Pierre Roy.

Dónde dormir en la Suiza francesa

Hotel la Barcarolle

Y a la lista de cosas que ver en Nauchâtel créeme que te cabe meter este hotel…

Normalmente reservo lo básico para que sea más económico con la idea de “voy a venir solo a dormir”, pero aquí hay hoteles que son mucho más que una cama y a precios razonables para ser Suiza.

Este que elegí está a pie del lago, y es como un cuadro enorme con vistas a los Alpes. Tiene su propio restaurante con interior y terraza, pero lo mejor es el bar en el lago con sofás y hamacas. Hay escaleras para bajar al lago a bañarte y las vistas a las montañas son de otro mundo.

Además, el hotel La Barcarolle tiene promos donde te invitan a una copa al reservar la habitación. Aprovéchala y disfrútala en uno de sus atardeceres, son una gozada y el recinto es súper tranquilo entre tanto verde y azul.

Por cierto, todas las habitaciones tienen vistas al lago y un balconcito súper cuco y en la noche no vas a escuchar ni medio ruido en medio de tanta paz.

Dónde comer en la Suiza francesa

Más allá de qué ver en la Suiza francesa, tienes que probarla. Y, aunque puede que este lugar sea un casi capricho, merece la pena por la fondue y las vistas, esas vistas…

El restaurante La Barillette está en la montaña del mismo nombre y en días despejados puedes ver hasta el famoso chorro de Ginebra…

Cómo llegar a la Suiza francesa

Parte de mi ruta de los lugares que ver en la Suiza francesa se puede hacer en transporte público desde el aeropuerto de Ginebra, pero realmente lo mejor es alquilar un coche.

Como te adelanté más arriba, si vuelas a Ginebra LEE BIEN si estás alquilando en la parte francesa o suiza. La francesa es más barata (obvio) normalmente te piden pagar un extra por el sello para circular por Suiza, o un extra por cambiar de país. Eso, junto con el rato que vas a tardar cruzando la frontera dos veces hace que no te merezca la pena, créeme.

Pero uno de los motivos de peso para ir en tu coche, es que este país es como Nueva Zelanda, vas a querer parar a cada km para flipar con el paisaje.

Así que debes saber que el coche eléctrico es súper común y tienes mil sitios para cargarlo, y además de ser más ecológico, evidentemente es más barato que la gasolina.

Para aparcar apréndete estos 3 colores:

Amarillo: privado

Blanco: de pago

Azul: alta rotación (en tu coche hay un papel azul como este, pon la hora a la que aparcas y controla el tiempo)

Si tienes alguna duda ¡contáctame para lo que necesites!

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