Zapas Viajeras

Zapas Viajeras viajes y escapadas pa que te copies

Qué hacer en Hurgada


Probablemente no sepas ni escribirlo bien (yo tampoco sabía) pero la lista de planes que hacer en Hurghada es más variadita de lo que piensas, y además es menos turística que Sharm, por ejemplo. Aunque Hurghada fuera principalmente un destino de buceo, es una de las maravillas del Mar Rojo, las playas no solo merecen una sesión de fotos desde arriba, también que te metas aunque sea solo con la máscara a flipar cual Caribe. Palabrita.

Asequible (para todos los bolsillos), a 5 horas de España y con colores que no vas a encontrar en otros mares, corales y jardines marinos espectaculares hasta para cualquier novato. Y, además, a unas horas de Luxor para hacer el combo perfecto: playas y templos.

Que tiemble el Caribe

Qué hacer en Hurghada

Pero Hurghada no es solo mar: también merece una vueltita por su Marina, con yates y ambientillo cosmopolita, y perderse por el casco antiguo, El Dahar, entre bazares, especias, callejuelas y vida local. Allí se ve el contraste entre lo turístico y lo auténtico del día a día. No te pierdas la Mezquita Al Mina, una estructura moderna que impresiona por su diseño y presencia junto al agua.

Y para completar el menú local, pásate por el mercado del pescado, justo detrás de la mezquita, donde los pescadores muestran sus capturas frescas y los restaurantes vecinos las convierten en cenas memorables. Para los que no quieren mojarse, hay paseos en barco con fondo transparente que permiten ver el coral sin necesidad de equipo de snorkel. Pero el agua está deliciosa, sería delito no probarla. También hay excursiones a islas cercanas como Giftun o Orange Bay, ideales para escapadas de playa y snorkel ligero. Aunque la mejor (y menos conocida aún) es la de White island, que yo hice en un barquito con fantastic Egi Tours. Hay cientos de ofertas, pero este chico lleva toda la vida en esto y se conoce lo menos turístico de Hurgada. BRUTAL.

Y todo esto, te lo resumo con detalle aquí mismo…

Hurghada por mar

Si vas a bucear en Hurghada, el centro que elijas lo es todo. No solo por la seguridad (que debería ser lo primero) sino por la experiencia en general: el ambiente, el barco, el equipo, la organización y hasta la comida que te sirven entre inmersión e inmersión. Yo probé Scuba Diving Hurghada, y me quedé con ganas de un tercer día con ellos. Son profesionales, desde luego, pero también cercanos y divertidos. El plan es redondo: te recogen, te llevan al puerto y te embarcas en un día completo de aventura marina con todo incluido y cero estrés.

El equipo es simplemente inigualable. Al mando está Batman (sí, Batman), un ingeniero que junto a su padre (o “Batman Senior”, oceanógrafo ná menos) han convertido el buceo en su vida. Ambos tienen una energía contagiosa y, además, la autorización oficial para bucear con el uniforme de Batman y Robin, lo que da un toque de humor y cercanía sin restarles ni un gramo de profesionalidad. Su barco es una pasada: amplio, limpio, cómodo y con todas las facilidades para pasar el día en el mar. Entre inmersión e inmersión, el equipo prepara comida casera egipcia deliciosa, y si no buceas, puedes unirte al plan en cubierta disfrutando del sol, el mar y el ambiente.

Y si no buceas

La tripulación al completo merece mención aparte. Son un grupo de locales que aman lo que hacen y se nota en cada detalle: cómo preparan el material, cómo te acompañan en el agua o cómo se aseguran de que todo el mundo, incluso los principiantes, se sientan tranquilos y seguros. Además, si viajas en grupo, los acompañantes que no bucean pueden hacer snorkel sobre los arrecifes más bonitos del Mar Rojo, con guía y todo el equipo necesario incluido. No hay mejor plan compartido: tú buceas, ellos exploran, y todos regresáis felices y salados al final del día. Ah, y no todo el mundo puede presumir de bucear con Batman y Robin…

En cuanto a las inmersiones, Hurghada es un sueño para cualquier buceador. Yo buceé en Torfa Ben el Gebel, Shaab Sabrina, Fanadir Sur y Fanadir Norte, y cada uno tiene su personalidad. Desde paredes de coral que parecen jardines submarinos hasta bancos de peces que se mueven como un solo cuerpo. Pero si me tengo que quedar con uno, sería Shaab Sabrina: un rincón de coral tan colorido y vivo que, sinceramente, no he visto nada igual en ningún otro mar del mundo.

Nadar con delfines

Yo soy más de tiburones, ya lo sabes. Pero Essam de Fantastic Egi Tours, con quién contraté una excursión de medio día en lancha, me tenía preparada una sorpresa… Nadar con delfines en libertad es una de esas experiencias que se te quedan tatuadas para siempre, y en Hurghada tuve la suerte de vivirla. Todo fue inesperado para mí, no para Essam, y mientras paseábamos por el Mar Rojo nos topamos con un grupito de delfines.

Esta es una agencia local que se toma muy en serio el respeto por el mar y sus habitantes, y eso fue lo que me convenció para saltar al agua. Fue mi puerta de entrada a un mediodía inolvidable en el Mar Rojo. El resto de la mañana la pasamos entre aguas turquesas y arrecifes vibrantes.

Desde que buceo, confieso que soy aún más consciente de lo delicado que es este ecosistema, así que agradecí muchísimo que Essam lo cuidara con mimo. No se permite tocarlos, perseguirlos ni hacer ruido en el agua; la experiencia se basa en observar y respetar. Y te aseguro que cuando un delfín se acerca por su propia voluntad, el corazón se te acelera igual.

White island

White Island era el verdadero propósito del tour de mediodía… y no estaba preparada para ella. No había visto nada igual desde las mini islas que me enamoraron de Komodo.

Imagina una lengua de arena blanca flotando en mitad del Mar Rojo, rodeada de aguas tan transparentes que cuesta distinguir dónde termina el cielo y empieza el mar. Es uno de esos lugares que parecen irreales, como si alguien hubiera photoshopeado la realidad. Llegar hasta allí ya es parte del encanto: el trayecto en barco te regala paisajes marinos que van cambiando de azul a turquesa.

Aquí NO hay nada (ni chiringuitos, ni música, ni sombra), y justo por eso es tan mágica. El agua tiene la temperatura perfecta, es transparente hasta el punto de poder ver las caracolas del fondo caminar junto a tus pies… No sabes dónde mirar, todo te hipnotiza.

Pasé allí un rato que se me hizo eterno y fugaz a la vez, con la sensación de estar en un rincón especial del planeta. White Island fue el broche de oro a la escapada a Hurgada. Y confieso que me fui con cierto miedo a que cuando vuelva este rinconcito ya no sea tan desconocido.

Hurgada por tierra

La Ciudad

Esta ciudad, que hace unas décadas era solo un pequeño pueblo de pescadores, hoy es uno de los destinos más animados del Mar Rojo. Tiene ese punto turístico que facilita todo (hoteles, restaurantes, excursiones, resorts infinitos) pero aún conserva su esencia local. Entre calles polvorientas, zocos llenos de vida y pescadores que siguen saliendo cada madrugada, Hurgada es el lugar perfecto para parar el ritmo. Para disfrutar de un Egipto más relajado, sin bocinas ni pirámides a la vista.

El Dahar / bazar viejo (Hurghada Old Town)

El Dahar es la cara más auténtica de Hurghada: puestos de frutas apiladas artísticamente, especias que perfuman y vendedores que te llaman con esa mezcla de simpatía y picardía egipcia. Es un laberinto colorido donde cada tienda parece es una nueva curiosidad que ver: cuero trabajado a mano, papiros pintados, lámparas de cobre que hacen magia con la luz.

Pasear por el bazar es gratis, pero nadie te librará de regatear (y de disfrutarlo). Lo ideal es ir al atardecer, cuando el calor baja y las calles se llenan de vida. Entre el bullicio, el olor a pan recién hecho y el sonido de los rezos al fondo, entenderás que Hurghada no solo es mar y sol: también es este pequeño caos encantador que te devuelve al Egipto más cotidiano.

Mezquita Al Mina

Sí o sí algo que hacer en Hurghada y además gratis….

Si hay un edificio que impone en el corazón de Hurghada, ése es la Mezquita Al Mina (o El Mina Masjid). Inaugurada en 2012 y construida con mármol blanco reluciente, se alza junto al puerto nuevo. Sus dos minaretes (de más de 40 metros) se ven desde cualquier punto de la costa, y al atardecer la luz la convierte en un espejismo dorado sobre el horizonte. Es relativamente nueva, pero se ha convertido en el símbolo religioso y visual de la ciudad.

Por dentro es un remanso de calma: alfombras mullidas, lámparas suspendidas y olor a incienso. Aquí no hay guías ni audios, solo silencio, rezos y el murmullo de los fieles. Si entras fuera de los horarios de oración, podrás recorrerla a tu ritmo. Gratis, tranquila y con una energía brutal.

Marina

La Marina de Hurghada es el lado más elegante y relajado de la ciudad, el contrapunto perfecto al caos del bazar viejo. Construida junto al puerto nuevo, con restaurantes de marisco con vistas, terrazas con shisha y luces cálidas, tiendas coquetas y heladerías para refugiarte del calor. Es el sitio ideal para venir al atardecer, cuando el sol cae detrás de las montañas del desierto y los coloridos edificios brillan aún más. 

Pero que no te engañe su aire europeo: la Marina también tiene su toque egipcio. Al caer la noche, familias locales pasean entre los muelles, los niños corren con globos y los pescadores de siempre siguen trabajando. Es segura, limpia y muy agradable para caminar, incluso sola. Además, desde aquí salen muchas de las excursiones marítimas, así que acabarás pasando por aquí más de una vez. 

Zapatips: siéntate en alguna terraza con vista directa al puerto y pide algo local, porque aunque parezca imposible, las papas fritas egipcias tienen su punto.

El Gouna

El Gouna es la cara más pulida y moderna del Mar Rojo, una especie de oasis diseñado para quienes buscan el mar con un toque de estilo. A menos de media hora de Hurghada, esta pequeña ciudad privada parece sacada de una maqueta, pero es curiosa de ver. Canales que se cruzan como en una Venecia egipcia, hoteles de diseño, restaurantes frente al agua y un ambiente internacional que combina lujo relajado con sostenibilidad. Fue creada en los años 90 por un empresario egipcio con la idea de levantar un destino turístico diferente, y lo consiguió. Aquí todo está limpio, ordenado y pensado al detalle, sin el caos habitual de otras zonas del país. Eso sí, no esperes precios locales y prepara el pasaporte para las decenas de controles de acceso.

¿Merece la pena? Diría que sí, porque además de bonico es muy curioso, pero solo si ya has explorado el resto de Hurgada.

Comer en El Gouna

Y si pasas por El Gouna, anota este nombre: Bongoyo. Es uno de esos lugares donde el ambiente y la comida son puro África. Con su rollito relajado, buena música y vistas de postal, este restaurante se ha convertido en un imprescindible para una cena o comida sin prisas. Su cocina mezcla sabores mediterráneos con toques egipcios y marineros. No es el sitio más barato de la zona, pero la experiencia lo vale, sobre todo si pillas mesa al atardecer.

Dónde dormir en Hurgada

Dormir en Hurgada es casi un arte, y no precisamente por falta de opciones. Hay hoteles para todos los gustos y bolsillos, pero las valoraciones online son tan poco fiables como en El Cairo. Aquí los precios pueden parecer un chollo, pero ojo: muchos resorts están completamente aislados, perfectos si buscas desconexión total, pero no tanto si quieres moverte sin depender del transporte. Aun así, Hurgada tiene una ventaja que no todos los destinos del Mar Rojo ofrecen: hay Uber, así que moverte hasta el puerto, el centro o incluso El Gouna no es ningún drama (ni un sablazo).

Yo me quedé en el Imperial Resort Hurghada, con una relación calidad-precio muy decente, aunque se nota que en meses como octubre funciona “a medio gas”. Si eres capaz de sobrellevar el ritmo tranquilo, ese “pole pole” egipcio que se traduce en 40 minutos para un sándwich y cervezas que llegan cuando ya te olvidaste de haberlas pedido, la estancia se disfruta. Pero que no te engañen: esto no es un fallo del hotel, es el tempo de Hurghada. Aquí se viene a bajar revoluciones, mirar el mar y dejar que el reloj, por fin, pierda importancia.

Sígueme en Instagram y Facebook para estar al día de todo 😉


Últimas entradas

Qué ver en Varenna
Qué ver en Trapani, una de las grandes ciudades de Sicilia, injustamente menos visitada. Te cuento qué me enamoró.
Qué ver en Mazara del Vallo. La ciudad de las 100 iglesias pero con una de las Kasbahs más lindas
Qué ver en Marsala, uno de los mejores secretos de la Sicilia más auténtica. Salinas, historia y atardeceres.
Qué ver en Mandello del Lario
Qué ver en Lecco
Qué ver en el Lago de Como
Qué ver en Cerdeña, la isla más desconocida y más auténtica.
Qué ver en Bergamo
Qué ver en Bellano

Qué hacer en Hurghada
Scroll hacia arriba
Resumen de privacidad

Esta web utiliza cookies para que podamos ofrecerte la mejor experiencia de usuario posible. La información de las cookies se almacena en tu navegador y realiza funciones tales como reconocerte cuando vuelves a nuestra web o ayudar a nuestro equipo a comprender qué secciones de la web encuentras más interesantes y útiles.