Ese continente que empecé a conocer más tarde de lo que me gustaría y probablemente de la peor manera posible.
Mi primer viaje a Ámerica fue a Nueva York en abril de 2013. Unos grandes amigos se habían mudado temporalmente a la ciudad y no tuvieron que insistir mucho para que viera la ocasión perfecta para cruzar el charco.
En realidad fue un viaje agridulce. El finde que llegaba nuestros amigos viajaron a Boston para correr la Maratón. Por suerte, decidí esperarlos en Nueva York y aprovechar más tiempo conociendo la gran manzana. Sin embargo, justo ese año se produjeron los atentados de Boston en esa Maratón y aquello cambió por completo el ritmo de mi primer viaje a América.
La prioridad, por supuesto, era localizar a nuestros amigos sanos y salvos. Los días posteriores necesitaban descansar y reponerse del gran susto, por tanto la prioridad era estar con ellos a patearnos Nueva York a fondo.
Como el primer contacto con Estados Unidos fue tan raro, volví para arreglarlo un par de años después y pasé 3 semanas recorriendo la Costa Oeste por mi cuenta. Sin duda, uno de los mejores roadtrips que he hecho.
Y, un poco más tarde empecé a visitar el sur, que en un principio no llamaba mi atención pero que al final me está conquistando. Sólo he explorado México y Cuba y mi lista de sitios top en Sudamérica es amplia, a ver cómo lo hago…